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Career transitions

Cuando despidieron a sus compañeros de trabajo, pero usted no

por Alyson Meister, Victoria Kemanian

Cuando despidieron a sus compañeros de trabajo, pero usted no

Acaba de llegar a la oficina tras el anuncio de despido de ayer. Siente el malestar colectivo. Lo ve en las miradas de la gente y, por fin, lo escucha de un colega: «Lamento que hayan despedido a su equipo. Tiene suerte de quedarse».

Lo que tal vez ese colega no sepa es que «suerte» tiene un sabor agridulce. Si esta situación le resulta familiar, puede que sufra el «síndrome de superviviente».

Y no está solo. Las noticias de negocios y las redes sociales están repletas de anuncios sobre despidos en todo el mundo. En 2024, el sector de la tecnología por sí solo casi despidió 130 000 empleados. Pensemos en Intel, que sorprendió al mercado a finales del verano al anunciando una reducción del 15% de la fuerza laboral mundial, o Cisco, que despidió a unos 9.600 empleados el año pasado. Si bien la tecnología se ha visto gravemente afectada, otros sectores, desde la industrial hasta la venta minorista, también han sufrido grandes recortes de empleo. Por ejemplo, Boeing anunció recientemente que recortará 17,000 puestos de trabajo, y Deutsche Bahn, empresa ferroviaria alemana denunciado recortará un 9% de su fuerza laboral en los próximos cinco años. En el sector de consumo, Unilever compartió sus planes de reducir un tercio de todos los puestos de oficina en Europa antes de que acabe este año.

Las empresas suelen pasar por alto los impactos negativos del cambio en quienes se quedan tras un despido. Las reacciones emocionales, conductuales y psicológicas de estos empleados se han caracterizado como» síndrome del superviviente laboral», un término que toma prestado su nombre de estudios psicológicos relacionados con la supervivencia a un desastre o un peligro experiencia traumática. Cuando sus colegas son despedidos, el costo emocional y psicológico de los despidos no termina con su partida; es perdura, y puede alterar la forma en que se percibe a sí mismo, su papel y su actuación. Tiene que navegar por un campo minado de emociones, incertidumbres y nuevas expectativas, a menudo sin una hoja de ruta clara sobre cómo proceder.

Si es un superviviente de un despido, ¿cómo puede recuperar la sensación de control sobre su vida laboral? Una vez que comprenda bien los desafíos a los que se enfrenta, puede tomar medidas para gestionar su nueva situación laboral con claridad y confianza. Estos son algunos de los desafíos específicos que podría experimentar:

Latigazo cervical emocional

Los supervivientes de los despidos pueden encontrarse navegando en un mar de emociones que pueden cambiar inesperadamente de un día a otro. Por un lado, puede que sienta felicidad, gratitud y alivio por haber sido «elegido» para quedarse. Al mismo tiempo, también puede lidiar con un profundo sentimiento de culpa por tener un trabajo cuando otros lo pierden y llorar la partida de sus colegas cercanos y de la organización que creía conocer. Puede que se sienta agotado mientras se esfuerza por conciliar y gestionar estas emociones conflictivas (p. ej., «Yo debería estar encantado, pero no lo siento así»). Contagio emocional también puede extenderse a la organización y provocar una sensación colectiva de pérdida y dolor.

Sobrecarga de incertidumbre

La incertidumbre y la ansiedad por el futuro pueden intensificarse para quienes se quedan (y más aún para trabajadores remotos). Puede que tenga preguntas sobre la claridad de las funciones, la dirección organizacional, seguridad laboral , y «¿qué sigue?» Como superviviente, puede preguntarse: ¿Qué aspecto tiene mi futuro aquí? ¿Sigo encajando en esta nueva versión de la organización?

Tras los despidos, la reestructuración puede llevar a líneas jerárquicas ambiguas y responsabilidades poco claras. Algunos supervivientes experimentan un cambio de roles incontrolable, sustituyendo a los miembros del equipo que se han ido. Otros deben volver a funciones que no aprovechan plenamente sus habilidades, con el riesgo de reducir la participación y el rendimiento.

Esta incertidumbre puede resultar paralizante, ya que desafía directamente la necesidad humana subyacente de previsibilidad y control, lo que lleva a una caída de la motivación y la satisfacción laboral y a una disminución de la confianza en el liderazgo. Como resultado, los supervivientes suelen denunciar un aumento de los niveles de estrés y de los síntomas de agotamiento tras los despidos.

Tensión social

Para los supervivientes, navegar por la dinámica social de un lugar de trabajo reducido puede ser tan difícil como gestionar su confusión interna. Preguntas como «¿Cómo está?» o comentarios como «Tiene mucha suerte de seguir teniendo su trabajo» pueden reforzar sin darse cuenta los sentimientos de aislamiento, culpa o resentimiento. Puede que también se sienta juzgado por sus compañeros. ¿Se le considera merecedor de seguir trabajando o simplemente como un afortunado espectador? Para algunos, esta dinámica puede desencadenar síndrome del impostor, lo que lleva a un ciclo de dudas sobre sí mismo y desapego entre compañeros.

Presión para actuar

Independientemente de su trayectoria, los supervivientes a los despidos suelen tener la expectativa tácita de «ganarse» su lugar en la organización, sobre todo cuando las funciones se han consolidado o los recursos se agotan. Esta presión puede manifestarse en exceso de trabajo, perfeccionismo o un deseo poco saludable de cumplir expectativas imposibles. Para muchos, es un intento de demostrar su valía y evitar formar parte de la próxima ola de recortes. Sin embargo, esta mentalidad de supervivencia puede provocar agotamiento y erosionar la productividad a largo plazo.

Cómo afrontar las secuelas de los despidos

Enfrentarse a las secuelas de los despidos puede resultar abrumador, pero también ofrece a los supervivientes la oportunidad de navegar este período con intencionalidad y resiliencia. Además, puede que le dé una rara oportunidad de convertirse en el arquitecto de la «nueva» organización. Al reconocer los desafíos y tomar medidas proactivas, puede recuperar la sensación de control y propósito.

Estas son cuatro estrategias esenciales que le ayudarán a avanzar en las primeras semanas después del anuncio:

Reconocer

El primer paso para superar el síndrome del superviviente es reconocer que sus sentimientos y experiencias son válidos, ya sean positivos o negativos. La autoconciencia es fundamental para entender cómo estos factores afectan a su forma de pensar y a su comportamiento. Reflexione sobre los desafíos (la confusión emocional, la incertidumbre, las dinámicas sociales incómodas o las presiones de rendimiento) e identifique cuáles le parecen más abrumadores. Esta reflexión le ayuda a evitar suprimir las emociones que, si no se abordan, pueden agravarse con el tiempo. Llevar un diario, hablar con colegas de confianza o buscar la orientación de un mentor o entrenador puede ayudarlo a procesar y priorizar sus desafíos.

Evaluar

Haga un balance de su realidad actual. ¿Qué emociones están presentes en usted, en su equipo y en el lugar de trabajo en general? ¿Qué aspecto tiene la organización? ¿Quién permanece, en qué funciones y cómo ha cambiado la dinámica? Reflexione sobre su propio papel. ¿Cómo ha cambiado? Qué es lo nuevo» trabajo por hacer»? ¿Cuáles son las implicaciones para usted?

Investigue las prioridades de la organización. La ambigüedad crece tras los despidos, así que no dude en buscar de forma proactiva la información que necesita. Puede que su director o equipo directivo aún no tenga todas las respuestas, pero identifique y observe las brechas en su propia comprensión, ya se trate de cambios en su puesto o equipo, en las líneas jerárquicas o en la dirección estratégica general de la empresa. Mantenga un diálogo con su gerente o equipo directivo para entender cómo su función se ajusta a la estrategia revisada de la empresa y qué significa el éxito en este nuevo contexto. La participación proactiva indicará su compromiso con la nueva dirección estratégica y le ayudará a alinear sus objetivos con los de la organización.

Reinventar

Si bien los cambios pueden parecer desalentadores, en medio de la agitación, a menudo existe la oportunidad de innovar o contribuir de manera significativa al futuro de la organización. Aproveche este tiempo para reflexionar sobre su propia propuesta de valor y sus objetivos dentro de la nueva organización. ¿Qué habilidades, experiencia y valores renovados puede aportar? ¿Hay oportunidades de asumir nuevos desafíos o responsabilidades que se ajusten a sus ambiciones? ¿Hay habilidades específicas que lo posicionen para crecer en un puesto o equipo diferente?

Considere la posibilidad de establecer contactos con varias partes interesadas para identificar oportunidades de colaboración, proponer nuevas iniciativas o simplemente replantearse la forma en que aborda su trabajo diario. Al centrarse en lo que puede controlar, puede pasar de sentirse un participante pasivo a un agente activo en su trayectoria profesional.

Reconstruir

Una vez que haya adquirido claridad, es el momento de pasar de la reflexión a la acción. Cree un plan para sus próximos 30 días con objetivos concretos y alcanzables que le ayuden a recuperar el sentido de agencia y propósito. Este plan podría incluir establecer prioridades, interactuar con los responsables de la toma de decisiones para señalar sus aspiraciones, crear relaciones con nuevas partes interesadas que puedan apoyarlo y garantizar victorias rápidas que demuestren su valor y generen impulso. Tener una hoja de ruta clara le ayudará a gestionar esta transición con más confianza y claridad.

Durante todo este proceso, concéntrese en reforzar su resiliencia. Para operar de la mejor manera, sea intencional con respecto a su salud social, emocional, física y espiritual. Para la resiliencia social, rodéese de personas que brinden un apoyo constructivo, en lugar de de personas que perpetúan la negatividad. Mientras que algunos desahogándose puede ser útil como liberación emocional, también puede resultar destructivo si ocurre con demasiada frecuencia.

La resiliencia emocional puede implicar prácticas de atención plena, llevar un diario o terapia, si bien la salud física se puede reforzar mediante el ejercicio regular y una buena nutrición. Para la resiliencia espiritual, encontrando un propósito — ya sea en el trabajo, la vida personal o la comunidad, puede ser un poderoso ancla en tiempos de incertidumbre.

A pesar de las presiones inmediatas de la nueva situación, «sobrevivir» a este proceso es una maratón, no un sprint. Establezca límites para garantizar que puede mantener su productividad sin sacrificar su bienestar. Comuníquese abiertamente con su equipo sobre la carga de trabajo y las expectativas, y dése permiso para descansar y recargar energías. Recuerde que la resiliencia requiere ritmo, no sobreextensión.

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Los supervivientes de los despidos son más que solo empleados que se quedan atrás, son la base del futuro de una organización. Sin embargo, los desafíos emocionales, sociales y profesionales a los que se enfrentan son profundos y, a menudo, se pasan por alto. Al reconocer el impacto de estos cambios, evaluar la nueva realidad, identificar las oportunidades y tomar medidas deliberadas, los supervivientes pueden convertir este momento de incertidumbre en uno de crecimiento y resiliencia. El camino a seguir puede ser incierto, pero con las herramientas y la mentalidad adecuadas, puede salir más fuerte del otro lado.