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Gestión propia

Deje de depender de otros para su validación en el trabajo

por Dina Denham Smith

Deje de depender de otros para su validación en el trabajo

¿Quién no aprecia el reconocimiento de sus esfuerzos y victorias, o le gusta impresionar a los demás de vez en cuando? Es igualmente importante cultivar la validación interna: un sentido más profundo de la propia valía que esté libre de las opiniones vacilantes de los demás y del momentáneo golpe de dopamina de una estrella dorada. Desarrollar la validación interna no consiste en cultivar una confianza infundada ni en inflar su ego. Más bien, se trata de contrarrestar las características comunes del lugar de trabajo que, si no se controlan, pueden minar inadvertidamente su confianza, autoestima y bienestar. En este artículo, la autora comparte cuatro estrategias para equilibrar su perspectiva y mantenerse seguro de sí mismo a pesar de las presiones externas y los entornos laborales desafiantes.

Cuando se acumulan victorias, se obtiene reconocimiento y se crece profesionalmente, el trabajo puede aumentar la confianza y el bienestar. Pero nuestros lugares de trabajo también pueden ser focos generadores de inseguridad:

  • Unas expectativas poco claras y una retroalimentación insuficiente pueden dejarle inseguro sobre su rendimiento y fomentar la duda sobre sí mismo.
  • La competencia y las comparaciones con los compañeros pueden fomentar sentimientos de inadecuación.
  • El trabajo duro no se reconoce y los prejuicios se pasan por alto, lo que le lleva a cuestionar sus contribuciones y su valor.
  • Las plataformas de medios sociales como LinkedIn crean la ilusión de que todo el mundo destaca, lo que desencadena pensamientos de no estar a la altura o de quedarse atrás.

Estas dinámicas habituales de la experiencia laboral diaria minan la confianza en uno mismo y facilitan la búsqueda de validación en fuentes externas. Sin duda, todos dudamos de nosotros mismos en ocasiones, y querer ser vistos y valorados por los demás es sano y natural. ¿Quién no agradece que le animen, aprecia el reconocimiento de sus esfuerzos y victorias o le gusta impresionar a los demás de vez en cuando?

Sin embargo, depender de la validación externa para reforzar la autoestima es un juego perdedor a largo plazo. Atamos nuestra autoestima a las cambiantes mareas del juicio de los demás y, sin embargo, su aprobación sólo produce una fugaz sensación de logro. Aún más preocupante, buscar la afirmación puede nublar el juicio y llevarnos a sacrificar nuestros valores y nuestra autenticidad.

Es innegable que comprender las métricas de éxito de su función y cómo progresar en su organización es fundamental para su rendimiento y su carrera. Pero es igualmente importante cultivar la validación interna: un sentido más profundo de la propia valía que esté libre de las opiniones vacilantes de los demás y del momentáneo golpe de dopamina de una estrella dorada.

Desarrollar la validación interna no consiste en cultivar una confianza infundada ni en inflar su ego. Se trata más bien de contrarrestar las características comunes del lugar de trabajo que, si no se controlan, pueden minar inadvertidamente su confianza, autoestima y bienestar. Ponga en práctica estas cuatro estrategias para equilibrar su perspectiva y mantenerse seguro de sí mismo a pesar de las presiones externas y los entornos laborales desafiantes.

Reconozca que la inseguridad no es un defecto personal

Los clientes de coaching ejecutivo a veces comparten conmigo sus dudas sobre sí mismos como si su inseguridad fuera un defecto personal. Sin embargo, muchas pruebas sugieren que la inseguridad es una reacción racional a las señales de nuestros lugares de trabajo y de la sociedad. Por ejemplo, aunque las mujeres son constitutivamente tan seguras de sí mismas como los hombres, también se les suele diagnosticar el síndrome del impostor, como si se tratara de alguna deficiencia. Sin embargo, sentirse insegura o como una intrusa es una respuesta razonable y lógica a los prejuicios y la exclusión sistémicos.

Lo problemático es que cuando juzgamos nuestras inseguridades como un fallo personal, agravamos nuestros sentimientos negativos e intensificamos nuestro deseo de aprobación. Pero cuanto más buscamos la afirmación de los demás, más nos predisponemos a sentirnos inseguros, creando un círculo vicioso que se autoperpetúa.

En su lugar, intente aceptar sus sentimientos de inseguridad o de duda de sí mismo como algo natural, dados nuestros entornos de trabajo individualistas, ambiguos y a menudo sesgados. Reconozca la necesidad humana de conexión y pertenencia y el papel fundamental que desempeña el trabajo en su vida. Si busca con frecuencia el consuelo o los elogios de su jefe, reconfigure su autoconversión en: “Quiero hacerlo lo mejor posible, así que es natural que quiera más feedback direccional de mi jefe”.

El hecho es que muchos factores externos -incluida nuestra educación, el entorno laboral y las presiones sociales- pueden causar inseguridad. No se señale a sí mismo con los cinco dedos y sufra un doble golpe de autorrecriminación.

Céntrese en sus puntos fuertes

Vivimos en una sociedad del “arréglalo”, lo que nos lleva a creer que centrarnos en nuestros puntos débiles es la mejor manera de mejorar. ¿El problema? Esta noción es en gran medida errónea.

Claro que a veces necesitamos abordar brechas de habilidades o desarrollar nuevas competencias. Sin embargo, numerosas pruebas demuestran que centrarnos en nuestros puntos fuertes en lugar de en nuestras debilidades es ventajoso, ya que aumenta la confianza y el conocimiento de uno mismo, el rendimiento y la innovación, y el bienestar general.

Nuestro sesgo de negatividad agrava aún más el énfasis de nuestra cultura en arreglar lo que está roto, lo que nos lleva a centrarnos en exceso en nuestros déficits. El resultado: sentirnos insuficientes y buscar más validación. Para superar estas fuerzas, es necesario un enfoque deliberado.

Es probable que conozca sus puntos fuertes generales, es decir, las competencias y habilidades que ha ido perfeccionando con el tiempo. Sin embargo, es probable que pase por alto muchas de sus habilidades más naturales debido a su naturaleza inherente: se presentan tan fácilmente que no se da cuenta de ellas o las descarta. Dado que sus puntos fuertes innatos son difíciles de ver, es necesario obtener comentarios externos para identificarlos. Haga a sus colegas de confianza preguntas como

  • Cuando piensa en mí en mi mejor momento, ¿qué cualidades o habilidades le vienen a la mente?
  • Si estuviera describiéndome a alguien que no me conociera, ¿qué puntos fuertes destacaría?
  • ¿De qué manera aporto valor a nuestra relación o a nuestro equipo que podría pasar por alto?

Anote lo que aprenda de este ejercicio e inicie un archivo en el que enumere sus puntos fuertes naturales y generales. Además, empiece a añadir victorias o comentarios positivos a su archivo de forma continuada. Cuando vuelva a centrar su atención en sus puntos débiles o se sienta lleno de dudas debido a acontecimientos en el trabajo, revise su archivo para recordar sus atributos positivos, sus contribuciones y su valor.

Centrarse en sus puntos fuertes no significa quedarse atascado en su zona de confort o no esforzarse. Más bien, es un camino más rápido y feliz hacia un mayor rendimiento.

Amplíe su definición de éxito

Las expectativas de la sociedad a menudo determinan cómo definimos el éxito, y muchos de nosotros heredamos inconscientemente definiciones de éxito de nuestros padres o de nuestra educación. El lugar de trabajo -que hace hincapié en los logros, las métricas externas y el ascenso por la escalera- puede distorsionar y estrechar aún más nuestra visión. Definir el éxito de forma amplia y en nuestros propios términos nos permite alinearnos mejor con nuestros valores y desengancharnos de perseguir la aprobación en el lugar de trabajo.

Para aclarar lo que significa el éxito para usted, considere todos los ámbitos importantes de su vida; por ejemplo, las relaciones personales, la carrera profesional, la salud y la comunidad. Hágase preguntas como: “¿Qué valores quiero que refleje mi vida?” o “¿Qué quiero conseguir personal y profesionalmente?”. Imagine su vida ideal dentro de 10 o 20 años e identifique qué le haría sentirse orgulloso y realizado.

Para cada uno de los ámbitos centrales de su vida, establezca objetivos específicos y alcanzables que se alineen con su definición de éxito. Por ejemplo, después de años persiguiendo el reconocimiento y los ascensos para aumentar su autoestima, mi clienta Sora redefinió el éxito como vivir una vida más equilibrada y basada en valores. Estableció objetivos en torno al fomento de unas relaciones familiares más profundas y al crecimiento personal, y eligió medidas como dedicar dos tardes a la semana al tiempo en familia y dar prioridad a los proyectos significativos frente a los de alto perfil en el trabajo.

Definir el éxito en sus propios términos y expandirse fuera del ámbito profesional requiere autoconciencia y, potencialmente, el valor de desafiar las expectativas sociales. Pero hacerlo le garantiza que su búsqueda del éxito es intencionada, equilibrada y, lo que es más importante, personalmente significativa sólo para usted.

Audite sus relaciones

Las relaciones sólidas y de apoyo son esenciales para nuestro bienestar e independencia. De hecho, en su ausencia, es más probable que nos repleguemos sobre nosotros mismos y luchemos contra la inseguridad. Por ejemplo, unos padres demasiado críticos pueden hacer que sus hijos se sientan insuficientes, los jefes que microgestionan siembran la semilla de la duda en sus subordinados directos, y los grupos sociales que hacen hincapié en el estatus y el éxito material pueden amplificar la inseguridad en las personas que no alcanzan esos estándares.

Aunque no podemos elegir a todas las personas con las que trabajamos, podemos buscar y construir activamente conexiones profesionales que nos nutran y nos animen. Un apoyo social positivo y de alta calidad -amigos del trabajo, compañeros y mentores- no sólo reduce los sentimientos de inseguridad sino que mitiga su impacto, fomentando un mayor sentido de pertenencia y mejorando nuestra capacidad para gestionar el estrés y la ansiedad.

Piense en sus relaciones en el lugar de trabajo, reflexionando sobre cómo repercuten en su bienestar y sentido de sí mismo. Pregúntese:

  • ¿Me siento apoyado y valorado en esta relación?
  • ¿Cómo me siento normalmente después de pasar tiempo con ellos? ¿Con energía o agotado?
  • ¿Esta persona fomenta mi crecimiento o me frena?

Después de auditar sus relaciones, considere cómo puede reforzar las conexiones que le elevan y le nutren y minimizar su exposición a los compañeros de trabajo que minan su autoestima y su bienestar emocional.

El hecho es que la calidad de nuestras relaciones laborales importa mucho, ya que afecta a nuestra satisfacción y rendimiento laboral, a los niveles de agotamiento y burnout, y al bienestar y la salud en general. Si las relaciones laborales importantes dañan de forma fiable su autoconcepto y su confianza - y no es capaz de minimizar su exposición o cambiarlas - puede que quiera plantearse buscar un entorno laboral más saludable.

Es posible que nunca se produzcan cambios en los sistemas y comportamientos organizativos que contribuyen a que se sienta inseguro en el trabajo. Siempre habrá malos jefes, mala comunicación, favoritismo y falta de reconocimiento en el trabajo que pueden provocar ataques ocasionales de inseguridad en uno mismo. Pero reconociendo que la inseguridad en uno mismo no es un defecto personal, centrándose en sus puntos fuertes, ampliando su idea del éxito y cultivando relaciones de apoyo, puede salvaguardar su confianza en sí mismo y liberarse de la trampa de depender de los demás para su validación.