Cómo establecer límites saludables al empezar un nuevo trabajo
por Melody Wilding

Tras una larga y ardua búsqueda de empleo, Anna se alegró mucho al recibir una oferta de una agencia de marketing puntera. Aceptó con entusiasmo, ilusionada ante la perspectiva de ampliar su carrera trabajando en cuentas más grandes. Anna hizo todo lo posible para asegurarse de que dejaba su anterior trabajo con una nota positiva, tras lo cual, se lanzó de cabeza a preparar su nuevo puesto. Toda una triunfadora, pasó sus tres semanas entre un trabajo y otro estudiando a los clientes de la agencia, trazando objetivos estratégicos y repasando sus conocimientos en publicidad en medios sociales, una habilidad que requeriría su nuevo puesto.
Al final de su primera semana de trabajo, Anna se dio cuenta de que sus planes bien trazados no iban a desarrollarse como ella esperaba. Venía de una empresa de marketing con una jerarquía tradicional y procedimientos establecidos. La nueva empresa de Anna, en cambio, funcionaba como una start-up. Se trataba de un entorno matricial de rápido movimiento, con pocos procesos y responsabilidades menos definidas.
Durante nuestra siguiente sesión de coaching, Anna confesó que tenía dificultades. “Soy demasiado complaciente con la gente”, dijo. “Digo ‘sí’ a todo y no expongo mis ideas. Me estreso en cada conversación con un colega, preocupada por si pisoteo a alguien”. El miedo estaba llevando a Anna a trabajar en exceso. “Me siento desbordada con este trabajo, así que trabajo cada vez más tarde por las noches intentando ponerme al día. Tengo miedo de quemarme antes de la marca de los 90 días”.
Puede que se sienta identificada con la historia de Anna si es una de los millones de trabajadores que han empezado un nuevo empleo recientemente en busca de un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. Muchos trabajadores de alto rendimiento tienen tendencia a presionar demasiado en sus primeros días en un esfuerzo por demostrar su valía. Si alguna vez ha hecho esto, quizá se ofreció voluntario para tareas adicionales para parecer servicial, contestó correos electrónicos fuera de horario para ser percibido como receptivo o, de otro modo, se esforzó demasiado para justificar que era una contratación digna.
No establecer límites desde el principio no sólo es agotador, sino que también le atrapa en unas expectativas elevadas que tiene que cumplir continuamente, lo que puede ser desmoralizador e insostenible. He aquí cómo establecer límites saludables en los primeros días de un nuevo trabajo para que pueda equilibrar sus propias necesidades y causar una buena impresión en el proceso.
Identifique lo que le impulsa.
Reflexione sobre lo que subyace a su deseo de demostrar su valía. Es probable que muchas de sus motivaciones sean positivas, como sentir pasión por el trabajo o querer demostrar que es trabajador y concienzudo. Pero también es probable que ciertos temores le impulsen al autosabotaje. Las creencias poco útiles suelen empezar con frases como:
- Debería…
- Debo…
- Tengo que…
A través del coaching, identificamos que una creencia poco útil que impulsaba a Anna era “Tengo que ser fácil de llevar para gustar a los demás”. Esta creencia, aunque inconsciente, estaba influyendo en su comportamiento de forma importante, concretamente haciendo que retuviera las ideas innovadoras, precisamente el atributo por el que había sido contratada. Considere qué normas implícitas rigen su actuación. Poner nombre a sus miedos reduce el control que ejercen sobre usted y le permite replantearse las creencias sobre su autoestima y su trabajo.
Considere el lado positivo.
Al principio, Anna se resistió cuando le dije que tenía que establecer límites más firmes en su nuevo trabajo. Se trata de una respuesta habitual de las personas de alto rendimiento que asumen que decir no o establecer límites les hará parecer débiles, difíciles o exigentes. En realidad, la autogestión -una habilidad de la inteligencia emocional asociada a la regulación de su tiempo y energía- es una habilidad de liderazgo esencial que explica hasta el 90% del éxito profesional. Establecer límites demuestra que tiene conciencia de sí mismo y que posee sólidas habilidades de gestión del tiempo, priorización y comunicación.
Establecer límites al empezar un nuevo trabajo significa que no sólo demuestra importantes capacidades de liderazgo, sino que también le permite enseñar a la gente cómo debe tratarle. En otras palabras, su comportamiento señala a los demás lo que es aceptable o inaceptable. En el caso de Anna, se dio cuenta de que sus tendencias a complacer a la gente estaban empezando a enseñar a los demás que era una pusilánime. Esta percepción la inspiró para empezar a hablar con diplomacia cada vez que pensaba que había una estrategia o alternativa mejor.
Articule y comparta sus preferencias personales.
Piense en los límites físicos, mentales y emocionales que necesita para estar en su mejor momento. Eso puede incluir definir
- A qué hora empezará y terminará el trabajo
- Tiempos de respuesta para correos electrónicos y mensajes
- Los bloques del calendario para el trabajo concentrado o el tiempo “sin reuniones
- La frecuencia y duración de los descansos durante el día
- Los recursos o la formación necesarios para realizar su trabajo
- El tipo de trabajo que más le gusta hacer y para qué tiene capacidad
Sea proactivo a la hora de comunicar sus límites a su jefe y a su equipo. Durante su incorporación, Anna se reservó un tiempo para celebrar una sesión sobre “cómo trabajamos juntos” con cada uno de sus stakeholder. En esta reunión, expuso su estilo de trabajo y sus preferencias y suscitó expectativas. Esto le dio confianza y causó una impresión positiva en sus stakeholders, que apreciaron la comunicación transparente de Anna.
Aplique su energía de forma estratégica.
Sus primeras semanas y meses en un puesto contribuyen sin duda a su reputación. Es importante ir más allá, pero hacerlo de forma selectiva y estratégica. Asegúrese de que dedica su energía a las áreas de mayor impacto. Averigüe cuáles son los objetivos y las expectativas de su jefe y, a continuación, alinee sus esfuerzos con esas prioridades principales para poder aportar valor.
Del mismo modo, céntrese en reclutar a su banco de defensores y partidarios. Aproveche el “periodo de gracia” de ser nuevo para hacer tantas preguntas como le sea posible. Esto no le hace parecer “estúpido” o desinformado. Más bien, sirve para construir relaciones porque ayuda a que los demás se sientan valorados y apreciados.
Cree nuevos hábitos y cúmplalos.
Un nuevo trabajo ofrece un nuevo comienzo y la oportunidad de resetearse. En psicología, esto se conoce como el efecto de nuevo comienzo, o la tendencia a emprender acciones hacia un objetivo después de que haya pasado un hito especial, una ocasión o una fecha clave. Utilice este periodo de tiempo en su beneficio y deje atrás los malos hábitos. Anna, la clienta de antes, nunca se tomaba descansos adecuados para comer en su anterior puesto. Se comprometió a hacer un cambio y ahora, a los pocos meses de ocupar su puesto en la agencia de marketing, prepara las comidas con antelación, bloquea el almuerzo en su calendario y come lejos de su escritorio.
Es fundamental que se responsabilice de sus límites. Tal vez programe un control con usted misma una vez a la semana para evaluar sus progresos, o tal vez cree un rastreador para registrar sus logros. Encontrar un compañero de responsabilidad con el que se reúna periódicamente también puede aumentar sus posibilidades de éxito hasta en un 95%.
Empezar un nuevo trabajo puede ser a la vez angustioso y estimulante. Si establece unos límites firmes desde el principio, se preparará para un éxito sostenible a largo plazo.
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