La psicología de su adicción al desplazamiento
por Kaitlin Woolley, Marissa A. Sharif

Imagínese esto: acaba de adaptarse a su jornada de trabajo y ha sacado ese gran informe que tiene que terminar, cuando un amigo le envía un par de vídeos de famosos en Instagram. Se imagina que tardará unos minutos en ver los vídeos y, lo siguiente que sepa, es que ha pasado una hora. Se ha visto arrastrado por la madriguera del conejo, viendo vídeo tras vídeo, mientras ese gran informe está sentado, descuidado, sobre su escritorio.
Todos queremos utilizar nuestro tiempo de manera eficiente y productiva, especialmente en el trabajo. Sin embargo, los estudios han demostrado que 77% de los empleados utilizar las redes sociales mientras trabaja, muchas de ellas para hasta varias horas al día. Incluso cuando no tenemos una tarea inminente, casi nunca nos sentamos, encendemos nuestros teléfonos y decidimos intencionalmente: «¡Ahora voy a pasar dos horas en TikTok!» Entonces, ¿cómo es que «Voy a ver algunos confesionarios de famosos» se convierte en horas de visualización?
Para entender mejor por qué la gente cae en este tipo de madrigueras de conejos (y cómo pueden salir y volver a trabajar), llevamos a cabo un serie de estudios con un total de 6.445 estudiantes y adultos que trabajan en EE. UU. A través de esta investigación, identificamos tres factores que influyen en que las personas elijan seguir viendo fotos y vídeos en lugar de cambiar a otra actividad: la cantidad de contenido multimedia que la persona ya ha visto, la similitud de los medios que ha visto y la manera en que los ha visto.
En la primera parte de nuestra investigación, nos interesaba explorar si la atracción de la madriguera del conejo se haría más fuerte o más débil una vez que la gente hubiera visto varios vídeos. Hicimos que los participantes vieran cinco vídeos musicales diferentes o solo un vídeo musical y, a continuación, les preguntamos si preferían ver otro vídeo o completar una tarea relacionada con el trabajo. En teoría, cabría esperar que la gente se cansara de ver vídeos musicales después de verlos cinco seguidos, lo que reduciría sus ganas de ver más. Pero, de hecho, descubrimos que pasaba lo contrario: ver cinco vídeos hacía que las personas tuvieran un 10% más de probabilidades de elegir ver un vídeo musical adicional que si solo vieran un vídeo.
A continuación, examinamos el impacto de encuadrar los vídeos que la gente ve como similares entre sí. Mostramos a los participantes los dos mismos vídeos, pero para la mitad de los participantes los etiquetamos explícitamente con la misma etiqueta de categoría («vídeos educativos»), mientras que para la otra mitad de los participantes, no incluimos una etiqueta de categoría. Descubrimos que el simple hecho de encuadrar los vídeos como más similares en la etiqueta de categoría hacía que las personas tuvieran un 21% más de probabilidades de elegir ver otro vídeo relacionado.
Por último, analizamos cómo actuaban las personas después de ver varios vídeos seguidos, en comparación con cuando veían el mismo número de vídeos con algunas interrupciones. Hicimos que un grupo de participantes completara dos tareas de trabajo y, a continuación, viera dos vídeos similares, mientras que el otro grupo realizaba las mismas cuatro tareas, pero alternaba entre ellas (es decir, trabajo, vídeo). A pesar de haber realizado exactamente las mismas actividades, el orden marcó una gran diferencia: los participantes cuyo consumo de vídeo era ininterrumpido tenían un 22% más de probabilidades de elegir ver otro vídeo que los que alternaban entre tareas de trabajo y vídeos.
Está claro que los detalles aparentemente pequeños en torno al orden y los tipos de contenido que consumimos pueden tener un gran impacto en nuestra decisión de seguir consumiendo contenido similar. Pero, ¿qué impulsa este efecto? Investigación previa sugiere que todos los tres factores que identificamos aumentan la accesibilidad de medios similares. En este contexto, la accesibilidad hace referencia a lo familiar o lo más importante que parece un tipo de contenido determinado. Cuando algo parece más accesible, se hace más fácil de procesar, lo que nos hace anticipar que lo disfrutaremos más. En otras palabras, la gente elige seguir por la madriguera del conejo porque ver los medios relacionados «se siente bien», incluso si está en desacuerdo con lo que realmente quieren hacer, ya sea hacer su trabajo o simplemente tomarse un descanso.
Estos resultados también explican por qué es tan fácil distraerse con aplicaciones como Instagram o YouTube en el trabajo. Estas plataformas están diseñadas para atrapar a los espectadores en una madriguera en las redes sociales: ofrecen contenido del tamaño de un bocado que permite consumir rápidamente varios vídeos o publicaciones seguidas, a menudo sugieren automáticamente contenido similar y muchas de ellas incluso comienzan a reproducir automáticamente vídeos similares, lo que reduce la posibilidad de interrupciones. Si bien presentar a los usuarios contenido atractivo no es necesariamente algo malo, la accesibilidad de este medio es exactamente lo que hace que sea tan difícil para los usuarios liberarse de la madriguera del conejo y volver a lo que sea en lo que estén trabajando.
La buena noticia es que entender mejor lo que hace que la madriguera del conejo sea tan poderosa también nos dará las herramientas que necesitamos para escapar de ella. En concreto, es más probable que nos dejemos atrapar si vemos muchas fotos o vídeos seguidos, si consumimos varios contenidos similares y si consumimos ese contenido de forma ininterrumpida. Así que, para combatir la atracción de la madriguera del conejo, haga un esfuerzo por ver un vídeo; si realmente quiere ver varios seguidos, elija vídeos que no parezcan relacionados o busque formas de interrumpir intencionadamente su experiencia de visualización. Hay innumerables estrategias que pueden ayudarlo a romper el ciclo: puede utilizar un temporizador de redes sociales que le pida que se tome un descanso después de un período de tiempo determinado, guardar una nota adhesiva en su escritorio con una nota para evitar ver demasiados vídeos seguidos o incluso recordar conscientemente que debe consumir diferentes tipos de contenido.
En última instancia, no hay nada malo en ver uno o dos vídeos de gatos o en hojear algunos memes de un amigo. Solo se convierte en un problema cuando el consumo de todo este contenido multimedia le impide hacer las cosas que realmente quiere hacer. Así que, si le preocupa caer por una madriguera de conejo (o si ya se ha caído en una y tiene dificultades para salir), compruebe si puede encontrar formas de reducir la similitud, la repetitividad y la relación del contenido que consume. Puede ser difícil, pero no imposible, y una vez que consiga liberarse, volverá a ese gran informe en poco tiempo.
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