La autocompasión lo convertirá en un mejor líder
por Rich Fernandez, Steph Stern

Es comprensible que los líderes se vean atrapados en el miedo, la duda y las críticas cuando se enfrentan a decisiones empresariales fundamentales que tendrán un impacto importante en las vidas y los medios de subsistencia. Pero lo que se necesita en tiempos de incertidumbre y perturbación es claridad mental, equilibrio emocional, fortaleza y visión. Para pasar de la duda y la parálisis a la claridad y la acción, se necesita una habilidad que a menudo se malinterpreta: la autocompasión. Basándonos en nuestra experiencia en la formación de decenas de miles de líderes sobre el papel de la autocompasión en la inteligencia emocional y en el liderazgo eficaz, nos gustaría compartir algunos consejos y técnicas clave para cultivar esta habilidad fundamental.
En primer lugar, es útil para entender con precisión la autocompasión. En pocas palabras, significa adoptar una perspectiva de sí mismo como lo haría con un amigo o un colega que se enfrenta a un revés o un desafío. Es una habilidad que es simple, pero es sorprendentemente difícil para muchos de nosotros. Según Kristen Neff, una de las principales investigadoras sobre el tema, la autocompasión tiene tres elementos fundamentales: amabilidad con uno mismo, humanidad común y atención plena. Muchos evitan por error la autocompasión, creyendo que significa ser amable consigo mismo y que llevará a caer en la autocomplacencia. Pero la autocompasión, de hecho, es la base de la resiliencia y le ayuda a desarrollar el coraje para enfrentarse a hechos concretos. Al adoptar una actitud constructiva —en lugar de crítica o dura— ante sus esfuerzos como líder, desarrolla su capacidad para afrontar los desafíos y la imprevisibilidad.
La autocompasión lo convierte en un mejor líder
La cantidad de investigaciones sobre la autocompasión ha aumentado significativamente en los últimos quince años, y los estudios muestran que los beneficios se combinan con varias habilidades de liderazgo importantes.
Inteligencia emocional: Estudios indican que las personas que ejercen la autocompasión tienen niveles más altos de inteligencia emocional, son más capaces de mantener la calma cuando están nerviosas y tienden a experimentar más felicidad y optimismo.
Resiliencia: La investigación de Kristin Neff y el de los demás muestra que las personas autocompasivas tienen estándares tan altos como las personas que carecen de autocompasión, pero que las personas con una autocompasión alta tienen menos probabilidades de ser indebida e improductivamente duras consigo mismas si no cumplen con sus propios estándares. La autocompasión lo ayuda a sortear los reveses, recuperar la claridad y avanzar de manera productiva.
Mentalidad de crecimiento: Estudios de Neff y sus colegas indican que las personas muy autocompasivas están más orientadas al crecimiento personal. En lugar de evitar los desafíos, es más probable que formulen planes específicos para alcanzar sus objetivos.
Integridad: Las investigaciones muestran una fuerte relación entre la autocompasión y escrupulosidad y responsabilidad, sugiriendo que la autocompasión permite a los líderes actuar de manera responsable y moral, incluso cuando toman decisiones difíciles.
Compasión hacia los demás: Como profesor de psicología de la Universidad de California en Berkeley Serena Chen escribe: «La autocompasión y la compasión por los demás están relacionadas… Ser amable y no juzgarse a uno mismo es una buena práctica para tratar a los demás con compasión». Líderes que son capaces de dar ejemplo de compasión por sí mismos y por los demás generar confianza y seguridad psicológica que se traduzcan en una mayor participación y un alto rendimiento sostenible en los equipos y las organizaciones.
Cómo desarrollar su capacidad de autocompasión
Aprovechar los beneficios de la autocompasión es el primer paso. Entonces la pregunta es cómo fomentarlo. He aquí un conjunto de prácticas básicas para que pueda empezar.
Practica en el momento
Lo más fácil para empezar es con un ejercicio de cinco a 20 segundos que se pueda integrar en el día: al iniciar una reunión, sentado en el escritorio o la mesa de la cocina, o incluso mientras hace una pausa entre responder a los correos electrónicos.
Para practicar la autocompasión en esos momentos, respire hondo tres veces y, con cada respiración, piense en tres pensamientos posteriores, cada uno relacionado con uno de los elementos fundamentales de la autocompasión:
- Atención plena: «Esto es difícil ahora mismo» o «Estoy tenso». Al ser consciente de sus propias emociones, pero no abrumado por ellas, podrá tomar decisiones con más claridad y sabiduría.
- Humanidad común: «No estoy solo; otros líderes se enfrentan a desafíos similares». Reconocer que no está solo apoya su bienestar y su sentido de conexión con los demás, lo que le ayuda a tener en cuenta a las personas que podrían verse afectadas por sus acciones.
- Bondad con uno mismo: «¿Puedo ser amable conmigo mismo al enfrentarme a este desafío» o «¿Qué sería amable ahora mismo?» Tratarse bien es esencial para su propia motivación y su capacidad de ayudar a los demás.
Esta breve práctica se puede realizar de forma rápida y discreta, sin que nadie más lo sepa.
Reconecte su cerebro
Además de prácticas breves y rápidas, le recomendamos que aumente su capacidad con prácticas un poco más largas. Dedicar entre cinco y 10 minutos cada día a meditar sobre la autocompasión marcará una gran diferencia. Como sabemos por investigación sobre la neuroplasticidad, lo que pensamos y a lo que prestamos atención cambia las estructuras y funciones de nuestro cerebro para facilitar estos hábitos. Al dedicar tiempo con regularidad a desarrollar la capacidad de autocompasión, estamos entrenando el cerebro para que se incline hacia la amabilidad con uno mismo, lo que hace que sea una respuesta más fácil y habitual cuando las cosas se ponen difíciles.
Puede hacer una meditación guiada (puede probar esto) nueve minutos (uno) parte de su rutina matutina o intégrela en la pausa para comer o al final de su jornada de trabajo. Si se da cuenta de que hay momentos a lo largo del día en los que se está golpeando, también puede probar con una meditación más corta (he aquí un ejemplo de práctica de cinco minutos).
Cambie su forma de pensar
Puede cambiar su forma de pensar ante un revés o un desafío y orientarla hacia la autocompasión a través de la escritura. Estudiantes en un estudio comparativo que ejercitó activamente la autocompasión mediante ejercicios de escritura informó de una mayor motivación para cambiar, un mayor deseo de abordar las debilidades y mostró un mayor esfuerzo por mejorar en general. Estos resultados fueron significativamente mejores en comparación con un grupo de control estándar y un grupo que hizo un ejercicio de escritura similar centrado en la autoestima (más que en la autocompasión).
Pruebe este ejercicio de escritura para cambiar su forma de pensar de manera similar. Redacte una carta alentadora para sí mismo con su voz interior y compasiva en la que responda a las siguientes preguntas: ¿Qué diría su mentor interior sobre los desafíos a los que se enfrenta? ¿Qué podrían sugerirle y cómo lo alentarían? ¿Qué le diría a un amigo que está pasando por una situación similar?
Le recomendamos que empiece a escribir y mantenga el bolígrafo (o los dedos de escribir) en movimiento durante unos cuatro o cinco minutos. Una vez que haya escrito su carta, tómese un momento para leerla y observe si tiene una mayor sensación de apertura ante sus desafíos. También puede volver a visitarlo dentro de unos días o semanas, e incluso puede configurar un correo electrónico con envío retrasado para que le devuelva sus palabras de aliento cuando las necesite en el futuro.
A medida que nos enfrentamos a un mundo más incierto que nunca, necesitamos líderes que busquen una humanidad común con sus empleados, clientes y partes interesadas. Necesitamos líderes que conecten y animen a los demás, y esto empieza por ser amable consigo mismo.
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