Encuentre las palabras adecuadas para inspirar a su equipo
por Joel Schwartzberg

Como líder de una organización, grupo o proyecto, una de sus principales tareas es inspirar e impulsar a su equipo a través de una variedad de comunicaciones segmentadas, que incluyen expresiones en directo, correos electrónicos, vídeos, chats, publicaciones en redes sociales y presentaciones. Estas oportunidades de comunicación son fundamentales. Según experto en liderazgo y exdirector ejecutivo Douglas Conant, «Incluso una interacción breve puede cambiar la forma en que las personas piensan de sí mismas, de sus líderes y del futuro».
Pero cuando los líderes construyen esos mensajes, algunos hábitos antiguos tienen dificultades para desaparecer, y muchos, sin saberlo, eligen palabras que transmiten menos compromiso del previsto. El uso de palabras más débiles reduce el impacto del líder y reduce su capacidad de inspiración. Esta debilidad está mejor demostrada que explicada, por lo que le sugiero tres tácticas lingüísticas que le ayudarán a decir con mayor precisión y fuerza lo que quiere decir y a decir lo que dice:
Táctica #1: Elija el verbo más valioso
A continuación se muestran seis pares de palabras que pueden parecer intercambiables, pero no deben verse de esa manera. Una es una representación precisa del esfuerzo y la otra una tergiversación o una transmisión menos inspiradora de ese esfuerzo (lo que probablemente sus programas de gramática o los correctores de textos no señalen).
Activar frente a permitir. Si su esfuerzo produjo un resultado, usted activamente habilitado eso. Si simplemente quitó un obstáculo, simplemente permitido eso.
Ejemplo: «Las innovaciones en el servicio de atención al cliente permitieron (no «permitieron») a la tienda vender productos más personalizados».
Prevenir contra evitar. Si su acción impidió que ocurriera algo desastroso, lo evitó, pero si simplemente movió algo fuera del camino del peligro o pospuso ese peligro, simplemente lo evitó.
Ejemplo: «Debemos prevenir (no «evitar») una crisis de vivienda para las personas y las familias».
Acto contra dirección. Si tomó medidas deliberadas para afectar a un tema, actuó en consecuencia, pero si se limitó a tener en cuenta la situación, se limitó a abordarla.
Ejemplo: «Actuamos en función (no «abordamos») el grave impacto de la pobreza en estas comunidades».
Responder contra reaccionar. Si una situación lo impulsaba a actuar, respondía, pero si el tema solo desencadenaba una emoción, simplemente reaccionaba.
Ejemplo: «Respondimos (no «reaccionamos») inmediatamente ante el corte de energía».
Superar contra Rostro. Si conquistó con éxito un obstáculo, lo superó, pero si solo encontró el obstáculo o simplemente se mantuvo firme, simplemente lo enfrentó.
Ejemplo: «Superamos (no «enfrentamos») los desafíos sistémicos».
Cumplir contra cumplir (una meta). Si cumple un objetivo, da a entender que ha alcanzado ese estado como resultado directo de su esfuerzo, pero si se limita a cumplir un objetivo, solo indica que técnicamente ha alcanzado el hito, posiblemente por accidente, circunstancia o gravedad.
Ejemplo: «Estoy encantado de que hayamos logrado (no «cumplido») nuestras metas más ambiciosas del año».
Táctica #2: No «comparta»
Le enseñaron a compartir de niño, pero «compartir» no siempre es preocuparse del todo en lo que respecta a la comunicación del liderazgo. A los líderes empresariales les encanta «compartir» ideas en las reuniones, el correo electrónico, las redes sociales y las conversaciones. Pero, ¿qué hace realmente cuando «comparte»?
Cuando utiliza la palabra «compartir» en un entorno empresarial, expresa en ese momento la esperanza de que su público comprenda intuitivamente el valor y el propósito de la acción. Pero esa carga —dar relevancia a su punto de vista— debería recaer en usted, no en su público.
Entonces, ¿qué es mejor que compartir? Vender. Cuando vende una idea, se fija un propósito para aumentar su impacto. Puede que no quiera decir literalmente: «Deje que le venda una idea», pero sí quiere «proponer», «sugerir» y «recomendar» ideas.
Las llamo «palabras poderosas» porque lo obligan a hacer una afirmación y a comprometerse con ella. Ya no está lanzando ideas y esperando lo mejor, sino que recomienda ideas y afirma su valía, que es lo que los líderes deberían hacer en sus comunicaciones.
Ejemplos de uso de palabras poderosas:
- «Propongo (no «compartir») una idea que hará que nuestro proceso sea más eficiente».
- «Estoy sugiriendo (no «compartir») un nuevo logotipo que transmita mejor el mensaje de nuestra marca».
- «Recomiendo (no «compartir») una campaña para hacer que nuestro lugar de trabajo sea más diverso».
Táctica #3: Audite sus «manos»
La palabra «y» puede parecer una forma útil de añadir detalles a una sola frase o punto, ya que podría añadir adornos a un árbol de Navidad, pero un árbol de Navidad cae bajo el peso de demasiados adornos y sus puntos pueden ser saboteados del mismo modo.
Mire esta frase:
«Este enfoque eficaz y eficiente alertará e inspirará a nuestras audiencias más importantes y relevantes a amar y valorar nuestra marca».
Ahora haga una «auditoría y», eliminando los descriptores menos importantes y redundantes:
«Este enfoque eficaz inspirará a nuestro público más importante a valorar nuestra marca».
La oración con menos descriptores y menos contenido es más eficaz. Eso puede parecer contradictorio al principio, pero el problema con las ideas múltiples es que luchan entre sí por llamar la atención y, en última instancia, diluyen el impacto de cada una de ellas. Los «y» son señales de alerta para esos pequeños conflictos.
A principios de este año, usé una «auditoría y» en el discurso de apertura de una directora ejecutiva y encontré cinco lugares en su guion en los que podíamos resumir dos ideas en una sola. En la mayoría de los casos, las palabras que expulsábamos nunca se saltaban porque eran redundantes o añadían poco valor. También era poco probable que su equipo los recordara. El proceso de eliminación creó no solo un punto más directo, sino también una línea más fácil de decir.
Esta guía no significa que deba desterrar las «manos» de su léxico como los carbohidratos de su dieta. Solo tiene que verlos como indicadores para evaluar cada aparición. Pregúntese cuánto necesita realmente varios descriptores en un solo punto u oración, sabiendo que incluso una palabra más significa más trabajo cognitivo para su público.
En última instancia, el público responde más activamente a los puntos importantes que a las palabras pequeñas, pero los líderes reflexivos tienen que evaluar ambas cosas, ya que saben que cuanto más fuerza tienen, incluso de manera pequeña, mayor impacto tienen en las personas a las que esperan inspirar.
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