4 mitos sobre la superación personal que pueden estar frenándolo
por D. Christopher Kayes, James R. Bailey

Personal de HBR/Colección Bettmann/Getty Images
Los consejos sobre cómo mejorar uno mismo están en todas partes. Representa alrededor del 2,5% de todas las ventas de libros en los Estados Unidos. Agregue discursos, programas de entrenamiento, programas de televisión, productos en línea, entrenadores, yoga y cosas por el estilo, la autoayuda es un Industria de 10 000 millones de dólares al año, y eso es solo en los EE. UU.
Sin embargo, las investigaciones muestran que muchos de los consejos ensalzados pueden resultar engañosos o incluso erróneos. Persisten varios mitos sobre el rendimiento, a pesar de las investigaciones y las prácticas que muestran que, en el mejor de los casos, son verdades a medias. Eso podría explicar por qué lo más probable es que los compradores de libros de superación personal hayan comprado otro en los últimos 18 meses. El primer libro plagado de mitos no funcionó, así que compraron otro y quizás otro poco después.
UN informe reciente publicado en Diario de administración señaló que de los casi 25 000 artículos académicos sobre rendimiento, solo una fracción incluye lo que los psicólogos llaman varianza dentro de la persona, que describe los rangos, como los que se encuentran entre las mejores, medias y peores actuaciones de las personas. Con demasiada frecuencia, los consejos suponen erróneamente que el rendimiento se puede comparar entre personas con el mismo indicador. Eso es absurdo.
Nuestra observación de cientos de personas que buscan el rendimiento confirma en gran medida el informe y nos ha llevado a delinear una serie de mitos que frenan a las personas a la hora de mejorar. Estas afirmaciones se basan en un conjunto diverso de campos, como la psicología, los deportes, las artes y el liderazgo. Esperamos que, al disipar estos mitos, explicar la realidad y, en cambio, ofrecer algunos buenos consejos, podamos ayudar a las personas a lograr un desarrollo personal más eficaz.
Mito 1: Actuar en la cima significa un rendimiento máximo constante.
Realidad: Los mejores jugadores experimentan una variabilidad en su desempeño. Músico famoso Gregg Allman ha dicho que sufrió miedo escénico a lo largo de su carrera. La sensación, explicó, no era «¿Soy bueno?» Más bien, era «¿Voy a ser bueno?¿esta noche?» Lo perseguía si iba a dar lo mejor de sí o menos.
Consejo: Espere variabilidad. Simplemente no existen vías de mejora lineales e inquebrantables. Habrá altibajos. Si el camino es generalmente ascendente, todo va bien. En la medida en que lo sepa y aprecie, tendrá más paciencia y menos probabilidades de que se desanime.
Mito 2: Mejoramos si nos comparamos con los demás.
Realidad: Mejorar implica repetir las acciones y circunstancias que nos llevan a nuestras mejores actuaciones para que, con el tiempo, se arraiguen. No viene de la imitación. Pero las investigaciones muestran que, de hecho, nos comparamos con los demás todo el tiempo, con consecuencias negativas. En algunos casos, comparamos a los que son más capaces o tienen más logros, lo que puede resultar contraproducente si no los igualamos. En otros casos, a menudo en un esfuerzo subconsciente por preservar nuestra autoestima, nos clasificamos en comparación con las personas que son menos exitoso: una «comparación a la baja» que obviamente es un anatema para el desarrollo personal.
Consejo: Un enfoque mejor consiste en aprovechar las oportunidades reales de mejora revisando los errores y haciendo un balance de cómo las experiencias pueden llevar a la mejora. Concéntrese en mejorar que ayer y en vivir a la altura de su propio potencial y aspiraciones, no de los demás. Esto le dará una idea más clara de hacia dónde quiere ir y, lo que es más importante, por qué.
Mito 3: Las personas de éxito participan en una «práctica deliberada singular» de una estrategia ganadora.
Realidad: Aunque el lanzador de las Grandes Ligas de Béisbol R.A. Dickey ganó el premio Cy Young en 2012, en parte por su dominio de la bola de nudillos (un lanzamiento que es difícil de aprender pero casi imbatible cuando se ejecuta bien), también practicó y perfeccionó técnicas más tradicionales. Especialmente cuando actuaba a su altura, pensaba que la bola de nudillos era solo un enfoque entre muchos. Ganó confiando no solo en esa arma especial, sino también en una variedad de lanzamientos, velocidades y giros, para despistar al bateador contrario.
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Consejo: No hay una sola manera de que usted, ni nadie más, mejore. Las grandes estrategias singulares rara vez funcionan porque no tienen en cuenta las exigencias que surgen a lo largo del camino. La adaptabilidad es tan importante como el plan. No dude en llamar a un audible, siempre y cuando sea reflexivo. Eso también aumentará su sentido de propiedad en el camino elegido deliberadamente.
Mito 4: La mejora se debe a una concentración inquebrantable en los objetivos más desafiantes.
Realidad: Las pruebas sugieren que fijar metas y perseguirlas puede inhibir la mejora. En un estudio, los profesores de la Universidad de Chicago pidieron a los participantes que se mejoraran de formas sencillas: ir al gimnasio o usar hilo dental. Los investigadores descubrieron que, si bien la fijación de objetivos aumentaba la cantidad de pensando esos sujetos puestos en algo, de hecho disminuyeron la cantidad de tiempo que dedicaban haciendo eso.
Consejo: Cree una cierta separación entre planificar los objetivos y hacerlos. Primero, piense en su objetivo final, como «Quiero mejorar mi swing de golf» o «Quiero aumentar el número de ventas que hago este año en un 20%». Sin embargo, una vez que haya empezado a ejecutar, concéntrese en lo que es gratificante y divertido de la actividad en sí, pero restarle importancia al resultado. Por ejemplo, recuerde lo mucho que le gusta jugar al golf o hablar con los clientes, sin pensar (ni presionarse) con ese objetivo desafiante.
Al final, la mejora proviene de conocer nuestros desafíos y habilidades únicos, no de seguir las fórmulas de la cultura pop. Se trata de entender los valles y los picos, compararnos con nosotros mismos, adaptarnos a lo largo del camino y permanecer pequeños mientras nos mantenemos a lo grande. No se trata solo de un consejo para su propia mejora, es una forma de liderar a los demás. Después de todo, tiene que ser capaz de liderarse a sí mismo antes de liderar a otro.
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