Ha regresado de su programa de desarrollo de liderazgo. ¿Y ahora qué?
por Brenda Steinberg, Michael D. Watkins

Tras participar en un buen programa de desarrollo del liderazgo, sin duda se sentirá inspirado para transformarse a sí mismo, a su equipo y a su organización. Por eso las empresas gastan más de 46 000 millones de dólares al año en ese tipo de entrenamiento. Quieren que sus empleados, desde personas con alto potencial hasta altos ejecutivos, ganen energía y un propósito aprendiendo e imaginando el futuro con los demás.
Sin embargo, a muchos participantes del programa les resulta difícil mantener el impulso y lograr resultados duraderos después del programa. Como nos dijo un ejecutivo que se graduó recientemente en uno de los nuestros: «Me fui muy motivado. Tenía un plan claro sobre cómo tenía que dirigir y reestructurar mi área. Tres semanas después, me sentía muy frustrado. Parecía que nada había cambiado».
La mayoría de las veces, los líderes progresan, pero no al ritmo que esperaban. El éxito requiere un esfuerzo decidido combinado con una preocupación por el ritmo y el ajuste. Estas son algunas estrategias prácticas que le ayudarán a superar la crucial fase de «reingreso» posterior al programa y a maximizar el impacto de su experiencia.
Anticipe las reacciones.
Cuando regrese de su programa, sus colegas sentirán curiosidad por él. Cuando le pregunten cómo le ha ido, no los abrume con demasiada información ni pase por alto su respuesta. En vez de eso, prepare unas cuantas presentaciones de 60 segundos, cada una con una conclusión clave, sus implicaciones estratégicas, por qué es importante para usted y cómo moldeará su forma de pensar en el futuro.
Es probable que necesite diferentes propuestas para las diferentes partes interesadas. Por ejemplo, su presentación ante sus subordinados directos podría tratar sobre lo que aprendió sobre el empoderamiento del equipo. Al mismo tiempo, el de su jefe podría estar dirigido a ejecutar la estrategia o lograr resultados empresariales. Un discurso de reingreso bien elaborado atraerá la cabeza y el corazón de los oyentes y señalará posibles cambios.
Reconocer las contribuciones de los demás.
Tómese su tiempo para reconocer a las personas que hicieron posible que asistiera al programa. Dígale a los informes cuánto aprecia su arduo trabajo para garantizar que las operaciones funcionaran bien cuando estuvo fuera.
Además, explore lo que aprendieron y cómo se desarrollaron durante su ausencia y cualquier impacto que haya tenido en sus metas y aspiraciones futuras. Cualquier agenda de cambio posterior al programa necesitará el apoyo de su equipo, y esta es una oportunidad tanto para crear buena voluntad como para explorar cómo puede liberar tiempo cambiando responsabilidades.
Asegúrese de dar las gracias a su jefe, a sus compañeros y a las demás personas, haciendo hincapié en que podrían beneficiarse de sus nuevos puntos de vista e ideas. Al demostrar su gratitud y conectar su experiencia con el éxito grupal y organizacional, refuerza su compromiso con los demás.
Aproveche la oportunidad.
Los líderes suelen preocuparse de que sus comportamientos o visiones recién adquiridos sean recibidos con escepticismo y bromas sobre el hecho de que acaban de regresar de un curso. «¿Quién secuestró a su verdadero yo y lo sustituyó por este extraterrestre?» es un estribillo común. Pero no deje que este miedo lo detenga. Se sentirá más decepcionado a largo plazo si no hace ningún cambio o si los demás no reconocen su crecimiento.
Recuerde que es una oportunidad. Reconozca que, si bien se compromete con el desarrollo personal y de equipo continuo y a largo plazo, el curso fue, sin duda, un catalizador de nuevas ideas. Haga hincapié en que se dedica a trabajar con otros para impulsar un cambio significativo.
Comunique sus intenciones.
Para obtener apoyo para sus ideas de cambio, es esencial que sea sincero con sus intenciones y los desafíos que anticipa. La idea no es solo informarlos y eliminar cualquier idea preconcebida que puedan tener, sino también involucrarlos en áreas específicas de transformación.
Sin embargo, tenga en cuenta que lleva pensando en esta evolución más tiempo que ellos y déles tiempo para procesar, reflexionar y adaptarse. En última instancia, el objetivo es crear un entendimiento compartido y facilitar una transición más fluida.
Siga su ritmo.
Puede volver a su vida profesional inspirado e impaciente por arreglar las cosas de inmediato. Pero el ritmo y la priorización son primordiales.
Por supuesto, si el programa le ha llevado a darse cuenta de que ha estado postergando un cambio fundamental y tiene la autoridad para hacerlo, hágalo de inmediato. Sea valiente, comuníquese con claridad y tome medidas.
Sin embargo, la mayoría de los cambios se beneficiarán de un enfoque más gradual. Introducir nuevas ideas de forma gradual, respetando el proceso de adaptación de los demás. Los turnos individuales y de equipo pequeños y consistentes se aceptan mejor y son menos disruptivos. Deje tiempo para practicar y refinar para solidificar los cambios.
Cree una red de apoyo.
Querrá una red de apoyo tanto dentro como fuera de su equipo. Manténgase en contacto con las personas que conoció en su programa de desarrollo para compartir consejos y hacerse responsables unos a otros. Podría considerar crear un grupo en plataformas como WhatsApp o establecer un sistema de amigos en el que los socios se registren cada cuatro o seis semanas. Dentro de su organización, identifique a las personas que estén en mejores condiciones de hablar y asesorar sobre los cambios que pretende y pídales que le den comentarios con regularidad y lo ayuden a superar los desafíos.
Mantenga el rumbo.
La única manera de lograr el cambio es mediante un esfuerzo constante. Acepte que es poco probable que su trabajo inicial dé resultados inmediatos, que puede haber resistencias y reveses, y sea paciente. Comuníquese con frecuencia y claridad, equilibrando la comprensión con la determinación. Reconozca que los pequeños pasos se suman a los importantes y siga adelante. Con el trabajo, su experiencia en programas de desarrollo puede llevar a un cambio personal, de equipo u organizacional duradero.
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