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Educación de negocios

Por qué sus empleados deberían jugar con robots de Lego

por Colin W.P. Lewis

Hace dos años, el gigante sueco de la tecnología de la comunicación Ericsson se encontró buscando una forma de explicar el valor que veía en el Internet de las cosas. En lugar de publicar otro documento técnico sobre el tema, la empresa creó una herramienta de comunicación diferente: piezas de Lego. Más específicamente, robots de Lego.

Ericsson usó los robots Lego Mindstorm en una manifestación en el Mobile World Congress de 2012 para hacer realidad su visión de cómo las máquinas conectadas podrían cambiar nuestra forma de vida. Un robot de lavandería clasificó los calcetines por color y los colocó en diferentes cestas mientras charlaba con la lavadora. Un robot de jardinería regaba las plantas cuando las plantas decían que tenían sed. Un robot limpiador se desplomó y tiró a la basura las tazas de café de cartón vacías que había recogido de la mesa, y un robot parecido a un perro cogió el periódico cuando sonó el despertador.

En lugar de limitarse a hablar o escribir sobre su visión, Ericsson vio en los robots el medio perfecto para explicar sus ideas. Se trata de algo más que una campaña de marketing inteligente. Como han argumentado varios investigadores, puede ofrecer una manera de equipar mejor a los trabajadores con las habilidades que necesitan para triunfar en los 21 st siglo. Los programas de formación que fomentan el uso de robots para alcanzar objetivos, no solo jugando con ellos, sino también construyéndolos, animan a los participantes a utilizar su creatividad y curiosidad natural para superar los problemas a través de experiencias prácticas.

Los robots Mindstorm de Lego (o kits de educación e innovación, como se les conoce a veces) se desarrollaron en colaboración con el Media Lab del MIT como una solución para la educación y la formación a mediados o finales de los 90. El trabajo fue el resultado de una investigación del profesor Seymour Papert, que fue cofundador del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT con Marvin Minsky. Más tarde, Papert cofundó el Grupo de Epistemología y Aprendizaje en el Media Lab del MIT. El trabajo de Papert ha tenido un gran impacto en la forma en que las personas desarrollan el conocimiento y es especialmente relevante para desarrollar las habilidades del siglo XXI.

La investigación de Papert y sus colaboradores indica que los programas de formación que utilizan robótica influyen en la capacidad de aprendizaje de los participantes numerosas habilidades esenciales, especialmente la creatividad, el pensamiento crítico y aprender a aprender o «metacognición». También hacen hincapié en los enfoques importantes del trabajo moderno, como la colaboración y la comunicación.

Esta forma de aprendizaje se denomina construccionismo y se basa en la idea de que las personas aprenden mediante la construcción activa de nuevos conocimientos, no que se les «derrame» información en la cabeza. Además, el construccionismo afirma que las personas aprenden con especial eficacia cuando se dedican a «construir» artefactos con significado personal. La gente no edad t ideas; ellos hacer ellos.

El influyente libro de Papert Tormentas mentales: niños, ordenadores e ideas poderosas así como una amplia investigación científica en campos como la cognición, la psicología, la psicología evolutiva y la epistemología, ilustran cómo esta pedagogía se puede combinar con la robótica para producir un método de entrenamiento potente y práctico.

En los cursos de formación que utilizan robótica, el líder del programa establece los problemas que deben resolverse. Los equipos reciben una caja de piezas y programas sencillos que se pueden ejecutar en iPads, iPhones o tabletas y teléfonos Android. Se les da una formación básica en las sencillas habilidades de programación necesarias y, a continuación, se les da libertad para resolver el problema que se les presenta.

Los problemas pueden ser tan «simples» como construir un robot que atraviese un laberinto en un período de tiempo determinado, lo que requiere prueba y error y mucho pensamiento crítico. Qué tamaño de ruedas utilizar para determinar la velocidad y la maniobrabilidad, qué consumo de energía de la batería, qué sensores utilizar para guiar alrededor de las paredes. Un equipo puede decidir construir un dron pequeño para ver y trazar un mapa del terreno del laberinto, lo que requeriría teorizar sobre el peso del dron robótico y transmitir los datos filmados a un sistema de mapeo que el robot terrestre podría utilizar para sortear el laberinto.

Es un proceso totalmente impulsado por objetivos.

Los participantes pueden diseñar, programar y controlar por completo los modelos robóticos funcionales. Utilizan el software para planificar, probar y modificar las secuencias de instrucciones para una variedad de comportamientos robóticos. Y aprenden a recopilar y analizar los datos de los sensores mediante las funciones de registro de datos integradas en el software. Se ganan la confianza necesaria para crear algoritmos, que aprovechan las habilidades de pensamiento crítico, y para configurar el robot de forma creativa para que persiga objetivos.

Los participantes de todos los orígenes adquieren habilidades clave para formar equipos mediante la estrecha colaboración en cada etapa de la ideación, la innovación, el despliegue, la evaluación y la ampliación. Al final de la formación, los equipos deberán presentar sus ideas y resultados, desarrollando habilidades de comunicación eficaces.

Es impresionante ver cómo los equipos han desarrollado robots para realizar tareas como resolver los cubos de Rubik en segundos, jugar al sudoku y dibujar retratos, crear impresoras braille, participar en partidos de fútbol y baloncesto. Estos robots incluso se han utilizado para mejorar la seguridad de los cajeros automáticos.

El uso de robots en los programas de entrenamiento para superar los desafíos hace que los participantes salgan de su zona de confort. Aumenta su conciencia de la complejidad y aumenta la propiedad y la responsabilidad.

La variedad de habilidades y técnicas de trabajo que ofrece este tipo de formación es más necesaria hoy que nunca, ya que la tecnología cambia rápidamente las habilidades que se demandan en el lugar de trabajo.

En lugar de programar a las personas para que actúen como robots, ¿por qué no les enseña a convertirse en programadores, pensadores creativos, arquitectos e ingenieros? Para las empresas que buscan desarrollar estas habilidades en sus empleados, una formación práctica y centrada en los objetivos con robots puede ayudar.