¿Por qué seguimos clasificando las empresas por sector?
por Barry Libert, Megan Beck, Yoram (Jerry) Wind

Durante más de 60 años, los inversores, los analistas, los líderes empresariales e incluso los gobiernos han clasificado las empresas en función de los sectores. Primero fueron los códigos de clasificación industrial estándar, que se introdujeron en 1937, luego el Sistema de Clasificación Industrial de Norteamérica y ahora tenemos Standard and Poor’s Norma de clasificación industrial mundial (GICS). A pesar de que estos sistemas se actualizan con regularidad, ya no podemos confiar en los estándares y medidas que se desarrollaron en otra época para reflejar la realidad actual, especialmente cuando evaluamos a las empresas de tecnología.
Muchos de nuestros indicadores económicos actuales nacieron en la era industrial, cuando las empresas que estaban creciendo y dando forma al mundo eran gigantes con grandes plantas físicas y muchos productos materiales, empresas como Exxon Mobile y GE. No había empresas de tecnología en aquel entonces, al menos no como las definimos actualmente.
Los tiempos han cambiado. Los muros de la industria se están desintegrando a un ritmo rápido. Durante los últimos cinco años, Apple y Google han realizado importantes movimientos en los mercados de la automoción, la sanidad, los medios de comunicación y los hogares inteligentes, entre muchos otros. Se han expandido mucho más allá de la etiqueta «Tecnología de la información» que les pone GICS. Hoy en día, la tecnología es solo una parte estándar de la infraestructura corporativa, como las operaciones o el marketing. No es una industria en sí misma.
Y han surgido nuevas empresas como LinkedIn, Uber, Pinterest y Airbnb para aprovechar las nuevas oportunidades: combinar la tecnología con ofertas más tradicionales y crear plataformas abiertas que aprovechen las redes mundiales. En lugar de crear y gestionar todo por sí mismas, estas empresas aprovechan sus activos y los míos: nuestros coches, viviendas, habilidades y redes.
Pensemos en las cinco empresas más valiosas del mundo, según S&P: Apple, Alphabet (Google), Amazon, Microsoft y Facebook, a las que llamamos las Fab Five. A pesar de que estas empresas ganan dinero de diferentes maneras (Apple gana la mayor parte de su dinero en hardware, Microsoft en software y Facebook y Google con la publicidad), comparten muchas similitudes. Pero Tecnología de la Información no parece ser la categoría correcta para agruparlos. El quinto miembro del grupo, Amazon, es oficialmente una firma de consumo discrecional. No se puede negar que es una tienda minorista, pero también tiene una plataforma digital en lugar de tiendas físicas, y casi el 50% de las unidades que se venden en su sitio web las venden vendedores externos. Con eso en mente, Amazon parece estar más cerca en el ADN de Facebook que de Walmart. Al igual que Facebook, creó una plataforma abierta que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, puede utilizar.
Estas empresas, que destacan por superar a líderes históricos como Exxon a pesar de su relativa juventud, son todas organizaciones de plataformas digitales que aprovechan una red virtual y creciente de proveedores y clientes.
Así que, en lugar de centrarse en las industrias verticales, es hora de analizar los modelos de negocio. Para ayudar a iniciar esta transformación, nuestra investigación descubrió cuatro formas sencillas en las que las empresas crean crecimiento y valor:
- Los creadores de activos fabrican y venden cosas físicas
- Los proveedores de servicios utilizan personas para ofrecer servicios
- Los creadores de tecnología generan y entregan propiedad intelectual (software y datos)
- Los orquestadores de red facilitan las transacciones e interacciones dentro de una red
Los líderes actuales de los Fab Five utilizan modelos de negocio que abarcan industrias y países. Pero no cabe duda de que todos tienen elementos de Network Orchestrators.
Nuestra investigación ha demostrado que las empresas que crean y gestionan plataformas digitales, especialmente las que invitan a una amplia red de participantes a compartir la creación de valor (por ejemplo, la forma en que todos añadimos contenido a la plataforma de Facebook o que cualquiera puede vender productos en la de Amazon), logran un crecimiento más rápido, menores costes marginales, mayores beneficios y valoraciones de mercado más altas. Para organizaciones como estas, el modelo de negocio es una mejor forma de identificar a la competencia y comparar el rendimiento.
Si los líderes quieren competir con los Fab Five y llevar a sus empresas a la próxima década, tienen que empezar a ir más allá de su designación industrial vertical y sus mejores prácticas. Deberían centrarse en los modelos de negocio y pensar en pasar a uno más valioso. Poner la estrategia digital en el centro de sus organizaciones y empezar a aprovechar las plataformas horizontales y las redes virtuales es esencial para mantener el ritmo en nuestro mundo hiperconectado y móvil.
Es hora de actualizar la norma de clasificación industrial mundial para que refleje la visión más amplia adoptada por los ganadores de hoy. Las nuevas medidas y estándares son esenciales para ayudar a los inversores, los clientes y los empleados a navegar por el nuevo panorama estratégico con una mejor visión.
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