Hacia un futuro más ágil
por Adi Ignatius
Vivimos en un mundo que cambia rápidamente. Pero aún hay algunas certezas (más allá de, ya sabe, la muerte y los impuestos).
Por ejemplo: (1) El fracaso ocurre, (2) la estrategia tiene que adaptarse constantemente y (3) en algún momento tendrá que averiguar «ágil».
En este número, intentamos aportar una nueva perspectiva a los tres.
Todos sabemos que el fracaso es una parte fundamental de un viaje empresarial exitoso. Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que es realmente una herramienta instructiva? En «Aumente su rentabilidad en caso de fracaso», Julian Birkinshaw, de la Escuela de Negocios de Londres, y Martine Haas, de Wharton, demuestran que, en realidad, no toleramos el fracaso como creemos. Sin embargo, ofrecen consejos sobre cómo aprovecharlo al máximo.
En «Oportunismo planificado», El profesor de Tuck, Vijay Govindarajan, describe un proceso para reconocer el cambio inminente y capitalizarlo. El truco consiste en ser sensible a las «señales débiles» del mercado, la evidencia temprana de cambios en la demografía, los gustos de los clientes y más.
En cuanto a los enfoques ágiles, muchos directivos están empezando a darse cuenta de su valor, no solo para el desarrollo de la tecnología, sino también en una amplia gama de funciones. En «Adoptar la agilidad», un trío de escritores —Darrell K. Rigby de Bain, Jeff Sutherland de Scrum Inc., e Hirotaka Takeuchi de la Escuela de Negocios de Harvard— muestran cómo la adopción de la metodología ágil puede acelerar el crecimiento y mejorar el flujo de trabajo. Pero para que las empresas se beneficien plenamente, los altos ejecutivos tienen que comprender realmente el sistema y aceptarlo.
Aunque no puede evitar la turbulencia del panorama empresarial, puede mejorar sus probabilidades de éxito en medio de él. Esperamos que este número le ayude a hacerlo.
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