Para triunfar como líder primerizo, relájese
por David Brendel

Cuando se recurre a los colaboradores individuales para gestionar proyectos a gran escala, supervisar las subordinaciones directas o participar en la planificación estratégica, tienen que desarrollar nuevas habilidades sobre la marcha, habilidades como la destreza interpersonal, la agilidad emocional y el conocimiento de la comunicación. Por muy importantes que sean estas habilidades de liderazgo, igual de importante para la transición de liderazgo es aprender a dejar de lado las viejas formas de pensar y relajarse en el puesto.
Esta transición puede resultar estresante, pero un proceso estructurado y basado en la evidencia puede ayudar a los nuevos directivos a adquirir nuevas habilidades y a dejar de lado los viejos hábitos. Este es el proceso que utilizo en mi práctica de coaching ejecutivo:
Cambios de mentalidad. Una transición de liderazgo exitosa depende de una reestructuración cognitiva sustancial. Muchos directivos recién nombrados, al asumir funciones desconocidas, se aferran a un sistema de creencias que hace hincapié en las «habilidades duras» y en la mentalidad de «morro a la piedra de afilar». Pero esta mentalidad puede constituir un conjunto de creencias limitantes para un gerente cuyas «habilidades sociales» determinarán realmente si prospera. Algunos directivos tienen dificultades para adaptar su sistema de creencias, en parte porque temen perder su ventaja en su área de especialización técnica. Puede que les beneficie si, en cambio, eligen de forma proactiva creer que es posible equilibrar sus funciones o que cada una de las funciones mejorará a la otra. Psicología investigación muestra la eficacia de este tipo de reevaluación cognitiva para la regulación de las emociones. Los directivos eficaces cultivan rigurosamente las ideas positivas sobre el liderazgo y, finalmente, se relajan en sus funciones sin dudar de sí mismos. Esta mentalidad positiva es un punto de partida esencial.
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Habilidades de atención plena. La mentalidad y la atención plena van de la mano. Cuando los directivos deciden creer que deben desarrollar la capacidad de liderazgo y evitar el uso excesivo de sus habilidades técnicas, pueden embarcarse en el arduo trabajo de mantener la calma y el equilibrio en situaciones desconocidas. Basado en pruebas estrategias de atención plena, como la meditación y la respiración controlada, pueden permitir a los nuevos gerentes superar los desafíos, como hacer una presentación crítica, organizar una reunión polémica o tomar una decisión estratégica de alto riesgo. El trabajo de atención plena puede permitir al nuevo gerente relajarse en el puesto para el que se ha preparado. En su libro Intentando no intentarlo, Edward Slingerland describe conceptos del taoísmo y la neurociencia contemporánea relacionados con el equilibrio eficaz de la preparación y la espontaneidad. La noción taoísta de wu wei, que se traduce aproximadamente como «no hacer», capta muy bien este paradójico desafío al que se enfrenta todo nuevo gerente.
Bienestar médico. Los directivos pueden desarrollar una mentalidad de liderazgo y habilidades de atención plena solo si su cerebro funciona bien. Sonido dormir, normal ejercicio, bien nutrición, y otros comportamientos saludables son esenciales. Cuando se enfrenta a una transición estresante a un nuevo puesto directivo, el cuidado personal es esencial. Si ha estado pensando que es hora de hacerse su chequeo anual o está pensando en ponerse en contacto con un terapeuta, no lo siga posponiendo. Cuidar su salud física y mental puede sentar las bases para un desempeño óptimo en las funciones gerenciales.
Es decir, estructuras. El gerente también debe tener en cuenta el significado y el propósito de su trabajo. ¿Qué motiva a una persona a pasar de ser colaborador individual a ser directivo? Quienes elijan hacer esta transición necesitan una visión clara de por qué se están esforzando por desarrollar una nueva mentalidad y habilidades en medio de una carrera ya establecida y exitosa. Investigación ha revelado que los líderes de éxito son expertos en «mantener la visión» de sus empresas dando ejemplo de optimismo en cuanto a sus objetivos y de flexibilidad a la hora de alcanzarlos. El libro de Simon Sinek Empiece por el por qué presenta pruebas convincentes de cómo la dirección y el liderazgo visionarios impulsan el éxito. Una autorreflexión cuidadosa sobre sus valores, misión y legado puede aportar la claridad mental y los cambios de comportamiento que necesita para tener éxito en las funciones de dirección.
Una de mis clientas de coaching ejecutivo, una científica médica consolidada que fue ascendida a un puesto directivo de alto nivel en su empresa (una empresa farmacéutica mediana), utilizó el proceso de las «cuatro M» para alcanzar sus objetivos. El camino era difícil a veces, ya que se esforzaba por cambiar su forma de pensar, pasando de centrarse únicamente en la ciencia a valorar las relaciones con sus colegas, vendedores, inversores y otras partes interesadas. A medida que fue adoptando una mentalidad de liderazgo, superó su escepticismo sobre la eficacia de la meditación. Incorporó estrategias de atención plena y tomó un ansiolítico en ocasiones estresantes, como hacer una presentación o dirigir una reunión importante. Pronto se tranquilizó lo suficiente como para articular y compartir una visión convincente para su trabajo: curar una enfermedad que se había cobrado la vida de un amigo de la infancia. Su exitoso ascenso a un puesto directivo fue una bendición para su empresa, así como para su propia calidad de vida y sentido de propósito.
Asumir un puesto de liderazgo por primera vez puede ser uno de los momentos más estresantes de la carrera de una persona. Suele ser el momento en que muchas estrellas de la organización fracasan por primera vez. Si se toma su tiempo para reflexionar sobre las cuatro áreas críticas anteriores, estará mejor preparado para realizar una transición exitosa.
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