La verdad sobre la globalización
por Adi Ignatius
La opinión pública sobre la globalización ha dado un giro brusco. La elección de Donald Trump, el Brexit y el ascenso de los partidos de ultraderecha en Europa son señales del creciente descontento popular con la libre circulación del comercio, el capital, las personas y la información. Incluso entre los líderes empresariales, las dudas sobre los beneficios de la interconexión mundial surgieron durante la crisis financiera de 2008 y no han disminuido del todo.
En «La globalización en la era de Trump», Pankaj Ghemawat, profesor de estrategia global en la Escuela Stern de la Universidad de Nueva York y en la Escuela de Negocios del IESE, reconoce estos cambios. Pero predice que su impacto será limitado, en gran parte porque el mundo nunca fue tan «plano» como muchos pensaban.
«El contraste entre los datos contradictorios y positivos sobre los flujos internacionales reales y la fuerte oscilación negativa del discurso sobre la globalización puede tener su origen, irónicamente, en la tendencia de incluso los ejecutivos con experiencia a sobreestimar en gran medida la intensidad de los flujos empresariales internacionales», escribe Ghemawat. Además, su investigación sugiere que los líderes de las políticas públicas «tienden a subestimar los posibles beneficios de la creciente globalización y a sobreestimar sus dañinas consecuencias».
La otrora popular visión de una empresa integrada a nivel mundial que opere en un mundo prácticamente sin fronteras ha perdido su dominio, debilitada no solo por la política sino también por la realidad de hacer negocios en mercados muy diferentes con dinámicas y normas muy diferentes. Ha llegado el momento de que los líderes empresariales y políticos encuentren un equilibrio y fomenten políticas que generen prosperidad mundial a un nivel que las sociedades democráticas puedan aceptar.
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