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Gobierno

La guerra de los gráficos ha empezado

por Jake Porway

Hace unos años, científico de datos Alex Lundry dio un fantástica presentación describiendo las formas en que los partidos políticos utilizan la visualización de datos para impulsar sus propias agendas. Mostró una visualización republicana del plan de salud de los demócratas de la Cámara de Representantes —una infografía llena de tubos sinuosos y literalmente burocracia, salpicada de feas fuentes ilegibles y paletas de colores poco acogedoras de 8 bits— junto a una visualización demócrata del mismo plan, que en cambio parecía una cesta de Pascua, un conjunto de círculos pastel perfectamente diseñado y acogedor.

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La diferencia entre las dos visualizaciones, que presentan la misma información, era sorprendente. Está claro que el giro que estamos acostumbrados a escuchar de los políticos es ahora algo que vamos a ser viendo también de los políticos

Lo más preocupante de todo esto es que «nosotros, las personas», rara vez tenemos las habilidades necesarias para ver cómo se incluyen los datos en cada una de estas visualizaciones. Solemos tratar los datos como «verdad», como si fueran inmutables y solo tuvieran una perspectiva que presentar. Si alguien utiliza los datos en una visualización, nos inclinamos a creerlo. Esta miopía no es muy diferente a imaginarse que el pastel de terciopelo rojo que tenemos delante es lo único que se podría haber creado con los huevos y la leche que mezclamos para hacerlo. No vemos en el producto final las numerosas transformaciones y manipulaciones de los datos que implicaron, junto con sus sesgos sociales, políticos y tecnológicos inherentes.

Por eso me encanta esto New York Times‘interactivo, que Veces editora gráfica Amanda Cox discutido en este sitio hace unas semanas:

demrep.png
Haga clic o toque para ampliarla. Ver la versión interactiva aquí.
fuente: New York Times

El Veces comienza con los datos «sin procesar» * con los que puede comparar la interpretación republicana (gafas de color rojo) y la interpretación demócrata (gafas de color azul). A medida que la ventana se desliza hacia cualquiera de los dos anteojos, nos saludan los puntos de conversación conocidos de esa parte, acompañados de la interpretación de los datos que respaldan esa opinión. La belleza de esta visualización no está en los productos finales de los demócratas ni de los republicanos, sino en la manera concisa en que llama nuestra atención sobre el proceso de visualización de los datos para adaptarlos a nuestros propios fines.

Si se toman de forma aislada, cualquiera de las visualizaciones finales nos da una respuesta. En conjunto, las visualizaciones opuestas nos obligan a hacer preguntas.

Además de crear conciencia sobre los sesgos políticos en la visualización de datos, este artículo emplea una técnica de la que muchas visualizaciones pueden beneficiarse: la comparación. Por ejemplo, si bien puedo ver qué tan bien he mantenido mi presupuesto visualizando mis gastos mensuales, veo un panorama diferente cuando comparar mis gastos con los de otros miembros de mi grupo demográfico. Del mismo modo, visualizar mis gastos por tipo y por hora del día me ofrece vistas completamente diferentes de los mismos datos. El poder de cada uno de estos ejemplos proviene de ver los datos desde muchos puntos de vista, que en conjunto forman una visión más informada que cualquier otro individuo.

Espero que, a medida que avanzamos en un mundo en el que las personas estén expuestas cada vez más a infografías brillantes y a datos interactivos visualmente impactantes, más piezas nos recuerden el proceso y los motivos detrás de ellas. Tal vez a medida que la visualización de datos se democratice, aprendamos esta lección haciendo, o quizás El New York Times y otros aún tendrán que recordárnoslo. De cualquier manera, espero que otros ayuden a sacar a la luz lo que ocurre entre bastidores para que podamos emprender la tarea de visualizar los datos con los ojos abiertos.

*Dejemos de lado el sesgos y suposiciones en los propios datos, por ejemplo, ¿cómo definimos el desempleo?

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