La lección definitiva de Steve Jobs para las empresas
por Horace Dediu
En un raro momento de reflexión, Steve Jobs, tras el lanzamiento del iPad, mencionó el ADN de Apple. Él dijo:
«La tecnología por sí sola no basta. Es la tecnología casada con las artes liberales, casada con las humanidades, la que produce los resultados que hacen que nuestros corazones canten.
En ningún lugar eso es más cierto que en estos dispositivos posPC… que tienen que ser aún más fáciles de usar que un PC, que tienen que ser aún más intuitivos que un PC; y donde el software, el hardware y las aplicaciones deben entrelazarse de una manera aún más fluida que en un PC.
Creemos que vamos por buen camino con esto. Creemos que tenemos la arquitectura adecuada, no solo en el silicio, sino también en la organización para crear este tipo de productos».
El legado de Steve Jobs en el desarrollo de productos se ha establecido y celebrado claramente. Lo que queda ahora es determinar su legado en el desarrollo de la empresa. Para determinar si realmente Apple tiene la «arquitectura correcta en la organización» para crear productos disruptivos en serie. La recopilación de pruebas comienza hoy.
Si Apple realmente se ha convertido Jobsiano entonces habrá sido un gran logro. John Gruber ya está convencido. Señala
La mayor creación de Jobs no es un producto de Apple. Es la propia Apple.
Si realmente ha creado Apple lo suficientemente bien como para que dure, entonces ha creado un proceso admirable y no solo un producto. Pero este no sería un logro único. Ha habido otras empresas que conservaron la huella cultural de sus fundadores, al menos durante períodos importantes después de su partida. Tenga en cuenta que Disney, Ford e incluso HP e IBM siguieron teniendo éxito durante muchos años tras la partida de sus fundadores y operaron prácticamente de la misma manera. Estaban impregnados de una cultura indeleble y la preservaron durante algún tiempo.
Pero un líder debe aspirar a hacer más. Un líder debería afirmar que ha dejado un legado no solo en su empresa sino en todas las empresas.
¿No es más digno de haber cambiado la civilización que la suerte de unos pocos?
Creo que Steve Jobs realmente ha buscado eso. Lo puso como «hacer un hueco en el universo». Esto puede interpretarse como desarrollar productos que «lo cambien todo». Pero si lo que más debería enorgullecerse Steve Jobs es la creación de Apple Inc., ¿cómo podría beneficiar al mundo exactamente una Apple Inc.?
Aquí es donde la cita anterior de Jobs me parece valiosa. La lección que el mundo debería aprender de Apple es que una empresa tiene que ser multidimensional. Necesita mezclar la actividad principal con la innovación disruptiva. Necesita combinar lo intelectual con lo artístico. Tiene que mantener en su interior lo racional y lo lunático.
El violento éxito de Apple debería servir como un poderoso faro que otros deberían seguir. En lugar de copiar sus productos, otras empresas deberían copiar los procesos de Apple, es su forma de pensar. Deberían copiar la forma en que Apple alberga el proceso creativo y los procesos tecnológicos bajo el mismo techo.
Si hacen caso a este llamado, deberíamos esperar con ansias la era posterior al empleo, cuando las grandes empresas adquirieran la capacidad de entrelazar varias competencias principales. Una época en la que el humanismo equilibraba el corporativismo. Una época en la que llegamos a conciliar lo racional y lo espiritual.
Esta publicación apareció originalmente en Asymco.com.
Para obtener más comentarios sobre Steve Jobs, consulte nuestra sección especial, El legado de Steve Jobs.
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