La sensibilidad puede ser un superpoder en el trabajo
por Melody Wilding

La alta sensibilidad es un rasgo que se lleva investigando más de 30 años , y se encuentra entre el 15% y el 30% de la población. Dirigir a una persona altamente sensible (HSP) implica una curva de aprendizaje, pero es necesario si quiere aprovechar los activos que tienen que ofrecer a su equipo y a su empresa. El autor esboza cuatro pasos que los directivos pueden poner a prueba: 1) Cambie de perspectiva y reconozca que la sensibilidad es una variación natural de la personalidad y no un defecto. 2) Ofrezca claridad sobre el alcance de su función, sus objetivos y lo que se espera exactamente de ellos. 3) Deles la oportunidad de deliberar y formular respuestas en lugar de ponerles en un aprieto. 4) Comprenda que la necesidad de descompresión es aún más urgente para las PSH. Al reconocer y valorar las contribuciones de los miembros del equipo altamente sensibles, los directivos pueden crear una cultura del lugar de trabajo más inclusiva y solidaria que beneficie a todos.
Irene era el tipo de empleada con el que soñaban todos los directivos. Trabajadora y dedicada, sobresalía en su papel de jefa de proyecto. Su naturaleza concienzuda significaba que las tareas se hacían a tiempo y que se tenía en cuenta cada detalle. Su habilidad para detectar y navegar por los matices era inestimable en el entorno matricial de la organización. Muchos incluso bromeaban diciendo que Irene era el “latido” del equipo, a la que todos acudían en busca de compasión, atención y apoyo moral.
Pero a veces, la naturaleza profunda de Irene, pensante y sensible, sacaba lo mejor de ella. Los cambios de última hora la hacían entrar en barrena y comprometían su productividad. Irene rehuía la confrontación y a veces evitaba dar la retroalimentación necesaria a otros colegas, lo que bloqueaba los resultados del equipo.
Irene se encuentra entre una de cada cinco personas altamente sensibles. La alta sensibilidad, también denominada sensibilidad de procesamiento sensorial, es un rasgo que se investiga desde hace más de 30 años. Se relaciona con tener un sistema nervioso más reactivo, sintonizar con las sutilezas del entorno y procesar la información con mayor profundidad.
Los estudios han demostrado que la alta sensibilidad está vinculada a diferencias genéticas en la forma en que el cerebro procesa neuroquímicos como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Los investigadores creen que este rasgo evolucionó como una forma de mantenerse a salvo, ya que hacer pausas y observar permitía captar amenazas y oportunidades que otros pasaban por alto.
En un mundo empresarial dominado por la automatización, la digitalización y el aumento de la incivilidad, la necesidad de personas altamente sensibles nunca ha sido mayor. En una encuesta, las personas que obtienen los mejores resultados en sensibilidad no sólo son las más estresadas, sino también las mejor valoradas por los directivos. Esto pone de relieve el hecho de que las personas altamente sensibles -cuando se gestionan correctamente- pueden ser uno de los mayores activos de su lugar de trabajo.
Sin embargo, la mayoría de los directivos no sólo desconocen este rasgo, sino que carecen de herramientas para supervisar, cuidar y retener adecuadamente a sus líderes sensibles. Dirigir a una persona altamente sensible (HSP ) implica una curva de aprendizaje, pero he aquí cómo aprovechar lo que tienen que ofrecer a su equipo y a su empresa.
Vea la sensibilidad como un punto fuerte, no como un defecto.
La neurodiversidad (es decir, diferentes estilos de procesamiento mental como la alta sensibilidad) conduce a mejores resultados. Pero con demasiada frecuencia, las PSH son vistas como débiles y catalogadas como empleados frágiles y excesivamente emocionales que necesitan que se les eche una mano. Esta perspectiva anticuada ignora los puntos fuertes únicos que las HSP aportan al lugar de trabajo, como la creatividad, la resolución de problemas y la empatía.
Para dirigir y gestionar eficazmente a las PSH, los directivos deben cambiar su perspectiva y reconocer que la sensibilidad es una variación natural de la personalidad y no un defecto. En lugar de ver la sensibilidad como una debilidad, considere los puntos fuertes que aportan sus empleados sensibles y cómo podrían aplicarse. Por ejemplo:
- Las HSP son hábiles para detectar patrones, leer entre líneas y captar señales sutiles, lo que las hace muy adecuadas para identificar oportunidades o riesgos que otros pasan por alto.
- Como las PSH están en sintonía con las emociones y necesidades de los demás, pueden ser persuasores, influenciadores y negociadores astutos, así como expertos en fomentar el trabajo en equipo y la camaradería.
- Las PSH escuchan múltiples perspectivas y encuentran puntos en común, lo que puede resultar inestimable durante la resolución de conflictos.
Dar prioridad a la claridad.
Las personas altamente sensibles están cableadas para buscar el peligro. Esta vigilancia era útil en la prehistoria y puede resultar útil para identificar los riesgos que amenazan la seguridad del equipo o de la empresa. Pero puede provocar un exceso de estrés y de reflexión ante la ambigüedad.
No es ningún secreto que los líderes de hoy en día necesitan saber cómo operar en una incertidumbre y un flujo sin precedentes. Las HSP prosperan cuando tienen estructura y claridad, lo que les permite centrarse en su trabajo y rendir al máximo. Para ayudar a los empleados altamente sensibles a mantener el equilibrio, es esencial proporcionarles claridad sobre el alcance de su función, sus objetivos y lo que se espera exactamente de ellos. Esto podría incluir
- Redactar un “manual del yo”, una guía para trabajar con usted como líder, que incluya las preferencias y expectativas en torno a la comunicación, el estilo de trabajo, etc.
- Crear un gráfico RACI, en el que se describa quién del equipo es Responsable, Contable, Consultado e Informado en determinados proyectos o decisiones
- Reservar una reunión individual cada mes para hablar del desarrollo profesional
No les ponga en un aprieto.
Pensar antes de actuar es un rasgo distintivo de la alta sensibilidad. Esto puede ser un activo valioso en muchas situaciones, ya que permite a las PSH considerar diferentes perspectivas y resultados potenciales antes de pasar a la acción.
Obtendrá mejores ideas y rendimiento de sus empleados sensibles si tienen la oportunidad de deliberar y formular respuestas en lugar de que se les ponga en un aprieto. Esto podría implicar
- Enviar órdenes del día y documentos de reflexión antes de las reuniones
- Permitir respuestas asíncronas por escrito
- Avisar cuando se vayan a tomar decisiones importantes para que puedan adaptarse y aclimatarse.
Del mismo modo, entrene a sus empleados sensibles para hacer frente a los retos. Tal vez ensaye conversaciones difíciles para que se sientan preparados, o charle sobre cómo podrían manejar los obstáculos para que se sientan más en control.
Proporcione refugio frente a la sobreestimulación.
Si el cerebro de una persona normal asimila 100 piezas de información, el de una persona sensible asimila 1.000. No es de extrañar entonces por qué muchas PSH experimentan sobreestimulación : dificultad para concentrarse, irritabilidad, inquietud, fatiga, dolores de cabeza y mucho más. Si se produce una sobrecarga sensorial, una HSP puede apagarse o retirarse por completo, lo que puede tener consecuencias importantes para su equipo y sus proyectos.
Nadie puede trabajar a un ritmo insostenible, pero la necesidad de descompresión es aún más urgente para las HSP. He aquí algunas formas en las que he visto a líderes y lugares de trabajo proporcionar refugio:
- Designar un “día sin reuniones” una vez a la semana y/o definir horarios de “no molestar”.
- Permitir una opción de sólo audio durante ciertas reuniones
- Fomentar adaptaciones sensoriales -como auriculares con cancelación de ruido e iluminación regulable- así como descansos periódicos frente a la pantalla.
Por último, confíe en la perspicacia de su empleado HSP. La mayor conciencia de las HSP les permite detectar el agotamiento y la falta de compromiso. Por ejemplo, una PSH puede notar cuando un compañero parece más retraído o puede captar cambios en el tono o la energía de las reuniones de equipo. No desestime sus preocupaciones : valídelas y actúe antes de que sea demasiado tarde.
Al reconocer y valorar las contribuciones de los miembros del equipo altamente sensibles, los directivos pueden crear una cultura de trabajo más inclusiva y solidaria que beneficie a todos.
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