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Mercados emergentes

Las perspectivas de los mercados emergentes no son tan malas como ha oído

por Anil Gupta and Haiyan Wang

Es obvio que los mercados emergentes se enfrentan a fuertes obstáculos. 2015 será el quinto año consecutivo de desaceleración del crecimiento económico. Los días de crecimiento vertiginoso en China han pasado para siempre. La volatilidad mundial —junto con la fortaleza de la economía estadounidense— están haciendo que los inversores se retiren a la seguridad del dólar estadounidense. Un resultado directo ha sido la depreciación de las monedas de los mercados emergentes. Desde mediados de 2014, frente al dólar estadounidense, el real brasileño ha bajado un 42%, el rublo ruso un 46%, el ringgit malasio un 26% y el rand sudafricano un 22%. 2015 será el primer año desde la década de 1980 en el que las salidas de capital de los mercados emergentes superen las entradas de capital.

Sin embargo, los acontecimientos de hoy no son necesariamente una buena guía de las tendencias a largo plazo. Al analizar la trayectoria de los mercados emergentes, es fundamental analizar el contexto más amplio al menos de dos maneras.

Primero, analice la evolución de la economía mundial. Si bien EE. UU. sigue siendo muy sólido, las perspectivas para Europa y Japón son, en el mejor de los casos, modestas. La caída de los precios del petróleo y otras materias primas es una gran ayuda para China e India, que en conjunto representan casi el 40% de la población mundial.

Esto significa que, incluso en 2015, los mercados emergentes crecerán al doble del ritmo que los mercados desarrollados. Incluso después de tener en cuenta las depreciaciones de las divisas, su participación en la economía mundial sigue aumentando año tras año. Según el FMI, en 2000 se situó en el 21%. Este año, será casi el doble, un 40%. Para 2020, será del 44% y, para 2025, cerca del 50%. Si quiere crecer, no tiene más opción que comprometerse con los mercados emergentes.

La otra razón importante del optimismo a largo plazo son los importantes cambios estructurales que se están produciendo en los mercados emergentes.

La población es joven. África es 10 años más joven que la media mundial. La India es casi 20 años más joven que Europa o Japón, y casi 10 años más joven que los EE. UU. Esta población joven es cada vez más alfabetizada, informada, ambiciosa y emprendedora. También es más urbano. Desde todos los puntos de vista, en todos los continentes del mundo (incluido el África subsahariana), la calidad de la gobernanza y la infraestructura es mejor que hace 10 años y está mejorando.

Sin duda, no todos los mercados emergentes florecerán. Pero en conjunto, representarán la mitad o más de la economía mundial en diez años. Y seguirán creciendo entre 2 y 3 veces más que los mercados desarrollados.

Teniendo en cuenta este análisis, tenemos algunos consejos para las empresas de economías desarrolladas. Primero, asegúrese de defender sus puntos fuertes en sus mercados nacionales. Necesitará el flujo de caja y los puntos fuertes tecnológicos que le otorgan. Dos, reparta sus apuestas en varios de los principales mercados emergentes. Tres, desarrollar un conocimiento profundo, en lugar de superficial, de al menos los principales mercados emergentes. Por último, pero no por ello menos importante, haga un seguimiento de los nuevos competidores de los mercados emergentes. Tal vez sean sus próximos competidores y también podrían convertirse en socios dignos.