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Innovación

Los hackatones no son solo para programadores

por Elizabeth Spaulding, Greg Caimi

Facebook organizó recientemente su 50º hackatón. Era el material de la tradición de Silicon Valley: Los empleados de toda la empresa se tomaron un descanso de sus proyectos habituales para desarrollar ideas alucinantes sobre la inteligencia artificial durante un intenso período de 24 horas. Los pensadores nocturnos disfrutaron de una comida a la una de la madrugada para repostar.

Inevitablemente, no todas las propuestas finales fueron ganadoras, pero, para Facebook, la posibilidad de descubrir innovaciones innovadoras vale la pena alejar a un par de cientos de ingenieros de sus tareas diarias. Al fin y al cabo, sus hackatones anteriores han dado lugar a funciones muy populares, como la función de mensajería instantánea Facebook Chat y la herramienta de lapso de tiempo Hyperlapse de Instagram.

Los hackatones ya no son solo para programadores. Empresas ajenas al mundo de la tecnología utilizan estas intensas sesiones de intercambio de ideas y desarrollo para generar nuevas ideas sobre todo, desde el cambio cultural hasta la gestión de la cadena de suministro. Por ejemplo, hace poco ayudamos a una importante empresa de servicios financieros a organizar un pequeño hackathon con 18 empleados. La empresa quería que sus servicios bancarios fueran más atractivos para los millennials. Dividimos a los participantes de la empresa en cinco equipos y colaboramos con expertos de la Escuela de Medicina de Stanford para enseñarles los conceptos básicos del diseño centrado en los clientes y la creación rápida de prototipos durante tres días.

Los equipos pasaban parte de cada día hablando con los consumidores de la calle. Este ejercicio reveló una idea importante: a los millennials no les resultaba oneroso cambiarse de banco si les gustaban los productos de un banco. En lugar de idear formas de facilitar el cambio de banco, nos dimos cuenta de que la empresa necesitaba mejorar su oferta de productos. Con esta información, la empresa desarrolló prototipos de nuevas herramientas que tienen como objetivo ayudar a los millennials a evitar problemas financieros y a gestionar mejor su dinero.

En el mejor de los casos, los hackatones crean una estructura y un proceso en torno al desarrollo de ideas. Claro, salir de la rutina diaria puede revitalizar e inspirar al personal, pero los hackatones también demuestran a los empleados que la innovación no solo es bienvenida sino que también se espera. Los hackatones bien gestionados conducen a ideas concretas para nuevos productos y procesos que pueden mejorar la experiencia del cliente e incrementar el crecimiento.

Casi cualquier empresa puede organizar un hackatón productivo siguiendo estos cinco pasos:

Avivar la mentalidad creativa. Los hackatones exigen que los participantes se salgan de sus funciones y habilidades normales. Esto puede significar interactuar con diferentes colegas o realizar tareas creativas desconocidas. Una actividad breve en equipo puede ayudar a los participantes a relajarse, pensar con audacia y abrir la mente a las ideas de sus colegas. Puede ser tan simple como desafiar a los equipos a hacer una lluvia de ideas sobre los usos de un objeto con formas raras.

Un fabricante de ropa inició su hackatón con el juego del teléfono, en el que una frase hablada inevitablemente se distorsiona cuando una serie de jugadores se la susurran. Tras recopilar suficientes respuestas hilarantes, los líderes del hackatón las compartieron durante todo el ejercicio para mantener la energía de los participantes.

Empatice con los clientes y sea personal. Una idea prometedora comienza con un conocimiento profundo de un conjunto específico de usuarios finales: quiénes son, qué necesitan y por qué. Las mejores empresas utilizan las encuestas y tácticas de segmentación tradicionales con conversaciones anticuadas con los clientes actuales y potenciales y los empleados de primera línea.

Las discusiones de baja tecnología, como las breves entrevistas que realizó la empresa de servicios financieros, tienen más probabilidades de revelar las ideas y sentimientos reales que influyen en el comportamiento de los consumidores, incluso las necesidades únicas que los clientes aún no conocen del todo. También ofrecen la oportunidad de hablar con los consumidores que no son los usuarios típicos de un producto, lo que podría resultar en una idea convincente de que una encuesta nunca arrojaría.

Haga la pregunta correcta. Los mejores hackatones comienzan con un desafío abierto pero claro, como: «¿Cómo podemos ayudar a nuestro equipo de ventas a interactuar con los contactos de forma más eficaz?» La pregunta debe ser ambiciosa, sin prescribir una solución probable, y los participantes deben tener la libertad de pensar en tantas ideas como sea posible, o incluso de replantearse el desafío por completo si surge nueva información.

Los ejecutivos de una cadena hotelera de lujo que recientemente utilizó un hackatón para idear formas de hacer que la experiencia de sus clientes fuera más personal descubrieron que los empleados se sentían inhibidos por algunas de las medidas de desempeño de la empresa. Estos empleados pensaban que no podían usar su mejor juicio para deleitar a los clientes si eso podía comprometer una norma. Esta visión crítica permitió a la empresa redefinir su desafío principal durante el hackatón y proponer ideas más destacadas.

Cree prototipos y pruebe ideas prometedoras con rapidez. Después de que los participantes elijan una o dos ideas más prometedoras, los equipos pueden empezar inmediatamente a planificar las posibles soluciones. Crear prototipos puede ser tan sencillo como dibujar un producto en papel mientras piensa en la forma en que el usuario podría interactuar con él. También podría ser un proceso o un conjunto de normas operativas que preparen el terreno para cambios mayores.

Los equipos expertos probarán el prototipo en evolución con los clientes e incorporarán sus comentarios. En el mejor de los casos, los comentarios de los usuarios influyen en el diseño y proporcionan la mejor medida del éxito. En Facebook, dicen que «el código gana discusiones» cuando se trata de decidir qué es lo mejor para los clientes. En otras palabras, si a los usuarios no les gusta una nueva función, el esfuerzo ha fracasado.

Fomentar y ampliar las mejores ideas. Los innovadores más hábiles dedican recursos a sus lanzamientos más fuertes y los perfeccionan aún más una vez que termina el hackatón. Continúan con el proceso de pruebas y comentarios y buscan formas de convertir estas ideas en mejoras a gran escala que puedan ayudar a la empresa a crecer.

Una gran cadena de restaurantes con la que trabajamos utilizó recientemente un hackathon para renovar su experiencia gastronómica. El ejercicio no solo abrió nuevas formas de presentar los platos del menú a los clientes, sino que inspiró los elementos clave planificados en una importante renovación de su comedor y bar.

Si bien los hackatones pueden ayudar a las empresas a desarrollar nuevos productos y servicios, los beneficios van mucho más allá de la producción de un solo hackatón. Hemos visto a empresas utilizar los hackatones para promover culturas de innovación, cambiar las normas operativas en los niveles más altos de una empresa y reunir apoyo en torno a las principales iniciativas.