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Estrategia

Desarrolle pensadores estratégicos en toda su organización

por Robert Kabacoff

Estudio tras estudio, se descubre que los pensadores estratégicos están entre los líderes más eficaces. Y si bien hay muchos cursos, libros, artículos y opiniones sobre el proceso de planificación estratégica, normalmente se centra en un proceso aislado que puede tener lugar una o dos veces al año. Por el contrario, un verdadero líder estratégico piensa y actúa estratégicamente todos los días.

Entonces, ¿hay alguna manera de fomentar el pensamiento estratégico rutinario en toda la organización?

Yo diría que sí, y que es lo más importante que puede hacer como líder. En 2013, el Grupo de Investigación Gerencial (MRG) completó un estudio global a gran escala en el que abordó esta cuestión. Evaluamos las prácticas de liderazgo y la eficacia de 60 000 directivos y ejecutivos en más de 140 países y 26 sectores. Cada participante fue evaluado con el Análisis de la Efectividad del Liderazgo (LEA), una herramienta de evaluación de 360 grados que mide 22 prácticas de liderazgo y más de 20 medidas de eficacia. El liderazgo incluía prácticas como la innovación, la persuasión, la comunicación y la orientación a los resultados, mientras que las medidas de eficacia incluían características como el potencial futuro, la credibilidad, la aptitud empresarial y las habilidades de las personas.

Descubrimos que un enfoque estratégico del liderazgo era, de media, 10 veces más importante para la percepción de la eficacia que otros comportamientos estudiados. Era el doble de importante que la comunicación (el segundo comportamiento más importante) y casi 50 veces más importante que los comportamientos tácticos prácticos. (Esto no significa que los comportamientos tácticos no sean importantes, pero no diferencian a los líderes altamente efectivos de los demás).

Los líderes estratégicos adoptan un enfoque amplio y a largo plazo para la resolución de problemas y la toma de decisiones, que implica el análisis objetivo, la previsión y la planificación. Eso significa ser capaz de pensar en varios plazos, identificar lo que están intentando lograr con el tiempo y lo que tiene que suceder ahora, en seis meses, en un año, en tres años, para lograrlo. También significa pensar de forma sistémica. Es decir, identificar el impacto de sus decisiones en varios segmentos de la organización, incluidos los departamentos internos, el personal, los proveedores y los clientes.

En nuestro estudio, los líderes que obtuvieron buenos puntajes en esas habilidades tenían seis veces más probabilidades de que se les considerara tan eficaces que los líderes que las tenían muy poco, independientemente de cualquier otro comportamiento. También tenían cuatro veces más probabilidades de que los vieran como personas con un potencial futuro significativo dentro de sus organizaciones.

En un estudio de seguimiento, investigamos los perfiles de liderazgo «muy deseados» elaborados por 10 000 altos ejecutivos encargados de fijar los objetivos de desarrollo del liderazgo para sus respectivas organizaciones. Cuando se les pidió que seleccionaran los comportamientos de liderazgo más importantes para el éxito futuro de sus organizaciones, los ejecutivos eligieron los estratégicos el 97% de las veces.

Tanto los amplios resultados de la investigación como la alta prioridad que los altos directivos dan a las prácticas de liderazgo estratégico refuerzan la importancia de desarrollar esta habilidad y mentalidad en cualquier esfuerzo de desarrollo del liderazgo.

Entonces, ¿cómo pueden las organizaciones desarrollar líderes estratégicos?

Sin duda, no es una tarea fácil. El pensamiento estratégico es una habilidad de liderazgo difícil de adquirir porque se trata tanto de una mentalidad como de un conjunto de técnicas. Es más, en el lugar de trabajo, las respuestas tácticas a las demandas inmediatas suelen ser recompensadas por encima de la visión y la planificación a largo plazo. Dicho esto, no es imposible inculcar habilidades de pensamiento estratégico en los directivos. Estas son algunas formas en las que puede fomentar el pensamiento estratégico como parte de su enfoque de gestión:

  • Anime a los directivos a reservar un tiempo regular para la planificación estratégica (a solas o para reunirse con otras personas). Un enfoque estratégico lleva tiempo. Haga que sea una parte habitual de su trabajo.
  • Proporcione información a sus líderes del mercado, el sector, los clientes, la competencia y las nuevas tecnologías que influyen en su negocio. Uno de los requisitos previos clave del liderazgo estratégico es disponer de información empresarial amplia y relevante que ayude a los líderes a pensar más allá del día a día.
  • Mantenga a la gente informada de lo que sucede internamente. Una estrategia eficaz requiere que la información se comparta más allá de las fronteras; los equipos multifuncionales pueden trabajar en cuestiones organizativas estratégicas y los resultados de sus ideas y esfuerzos deben publicarse y compartirse en toda la organización.
  • Conecte a los directivos con un mentor. Una de las formas más eficaces de desarrollar sus habilidades estratégicas es dejarse guiar por alguien que sea muy estratégico. El mentor ideal es alguien que sea ampliamente conocido por su habilidad para mantener a las personas centradas en los objetivos estratégicos y en el impacto de sus acciones.
  • Comunique una declaración de filosofía, misión y objetivos bien articulados en toda la organización. Las personas y los grupos deben entender la estrategia organizacional más amplia para poder centrarse e incorporarla en sus propios planes y estrategias.
  • Recompense a las personas por demostrar que piensan, no solo por reaccionar; siempre que sea posible, la cultura organizacional debería fomentar la anticipación de las oportunidades y evitar los problemas, y desalentar la gestión de crisis. Por ejemplo, se recompensa a los directivos por ser capaces de generar rápidamente varias soluciones para un problema determinado e identificar la solución que ofrezca el mayor beneficio a largo plazo para la organización.
  • Fomente una perspectiva de futuro para los empleados incorporándola a los programas de formación y desarrollo; enseñe a las personas qué es el pensamiento estratégico y anímelas a preguntarse «por qué» y «cuándo». Cuando un gerente sugiera un curso de acción, su jefe puede pedirle que considere el objetivo estratégico subyacente que persigue esta acción y cuál será el impacto en las partes interesadas internas y externas. Hacer estas dos preguntas de forma constante siempre que se considere la posibilidad de tomar medidas contribuirá en gran medida al desarrollo de los líderes estratégicos.

Desarrollar un enfoque estratégico no es fácil, pero el resultado suele marcar la diferencia entre un líder normal y uno excepcional.