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Transiciones de liderazgo

Entrar en una nueva empresa

por Ron Ashkenas

Para la mayoría de nosotros, empezar en una nueva empresa trae a colación las mismas ansiedades que sentíamos cuando empezar en una nueva escuela de niño. De repente, no tiene amigos, no está seguro de lo que debe hacer y es difícil encontrar el baño. A la presión se suma el hecho tácito de que el tiempo corre: sus nuevos colegas pueden darle un período de gracia, pero usted sabe que están emitiendo juicios sobre si encajará bien o no, a partir del primer día. Y, por supuesto, también está haciendo una evaluación paralela para determinar si ha tomado la decisión correcta.

Para agravar este estrés psicológico, está el hecho de que algunas empresas tienen un sesgo cultural en contra de contratar a «personas ajenas» que no hayan crecido en la empresa y no actúen, piensen ni se vean como los demás. A pesar de todas las pruebas de que la diversidad de estilos, habilidades y experiencias mejora la innovación y la productividad, muchas empresas aún tienen dificultades para incorporar con éxito el talento externo. En este tipo de entornos, los gerentes pueden ignorar o degradar inconscientemente (o conscientemente) las nuevas perspectivas.

Todo esto hace que sea un desafío para entrar en una nueva organización. Si quiere aumentar las posibilidades de éxito, estas tres acciones podrían ayudar:

En primer lugar, asuma la responsabilidad de planificar su propio proceso de incorporación. Si bien su nueva empresa puede exigirle que complete un proceso de orientación para nuevos empleados, no dé por sentado que será suficiente para usted. Además, trabaje con su gerente para identificar a las personas clave que debe conocer, los lugares que debe visitar, los procesos que debe entender y los productos y servicios con los que debe estar familiarizado. Si es posible, pase tiempo no solo con su gente, sino también con los clientes para que pueda apreciar de primera mano sus expectativas y puntos de vista. En otras palabras, trate el proceso de incorporación como un seminario intensivo de posgrado de 1 a 2 meses sobre la empresa, en el que su gerente y otros colegas son profesores y cajas de resonancia.

A continuación, ofrezca una perspectiva externa a sus nuevos colegas. Documente sus lecciones y observaciones del proceso de incorporación y reúnalas en una presentación de comentarios para su entrenador, su equipo y otras personas, según proceda. Al hacerlo, trate a su nueva empresa con respeto por lo que hace bien. Céntrese en las oportunidades más que en los problemas y las críticas. Si quiere que la gente escuche las nuevas ideas (especialmente cuando no se inclinan tanto), encuentre formas de basarse en lo que ya están intentando hacer. Uno de los mayores errores que he visto cometer a «forasteros» es hacerse pasar por «más inteligentes» o «mejores» que otros mostrándoles a sus nuevos colegas todas las cosas que están haciendo mal. Incluso cuando tienen razón, solo generan una actitud defensiva que no los lleva a ninguna parte.

Por último, cree una oportunidad que pueda aprovechar a corto plazo. En otras palabras, comprométase con uno o dos objetivos a corto plazo que se deriven de su perspectiva única y demuestre cómo puede marcar la diferencia rápidamente. En una empresa, por ejemplo, un nuevo director de marketing introdujo un método analítico que ayudaba al equipo nacional a mejorar las ventas de un producto determinado en 30 días. Este pequeño proyecto le dio credibilidad y le permitió aprovechar mayores oportunidades en los meses siguientes, una estrategia mucho más eficaz que simplemente decir: «No saben cómo analizar el potencial del mercado».

Mudarse a una nueva empresa puede ser una oportunidad emocionante para aprovechar las experiencias pasadas en nuevos entornos con nuevos desafíos. Pero la ansiedad que está presente en todos los bandos puede sabotear la oportunidad, a menos que la juegue bien.

¿Cómo ha empezado con éxito una nueva empresa?