Un ejercicio para ayudar a su equipo a superar el trauma de la pandemia
por Lisa Zigarmi, Davia Larson

Jeffrey Coolidge/Getty Images
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La COVID-19 ha cambiado nuestra forma de trabajar. Los líderes y empleados de todo el mundo están preocupados por la seguridad de los trabajadores, la interrupción de las cadenas de suministro y las pérdidas debilitantes; por la normalidad, el control, la conexión y los beneficios. David Blustein, psicólogo vocacional, señala que millones de trabajadores se enfrentan a rutinas alteradas, identidades cambiadas y una pérdida de seguridad financiera. Su estrés solo se ve agravado por la incertidumbre de cuánto durará esto.
La forma en que afrontemos este trauma definirá nuestra vida interior, nuestros negocios, nuestras comunidades y nuestro mundo. A medida que las empresas y los empleados reanuden sus operaciones, ¿cómo nos enfrentamos colectivamente a un entorno laboral cambiante? Como psicólogo organizacional y consultor empresarial, le sugerimos que la forma más segura y rápida de volver a un trabajo productivo y de alto rendimiento sea mediante la narración y la escucha de historias diseñadas para activar el crecimiento postraumático.
¿Qué es el crecimiento postraumático?
Si bien muchas personas conocen el trastorno de estrés postraumático (TEPT), menos están familiarizadas con el crecimiento postraumático (PTG). PTG ha sido definido como «el cambio positivo y transformador que se puede producir como resultado de la lucha contra una gran adversidad». El PTG no es lo opuesto al TEPT; es la experiencia de crecimiento que se produce tras un trauma.
Las investigaciones muestran que las personas que le dan sentido al trauma denuncien:
- Un mayor sentido de su propia fuerza y capacidad para prevalecer.
- Mejora de las relaciones con los demás, incluido un mayor sentido de pertenencia.
- Un mayor sentido de la compasión.
- Y un mayor sentido de propósito y aprecio por la vida.
Los ejemplos de crecimiento postraumático en el trabajo incluirían perder un trabajo o perderse un ascenso, pero luego perseguir un nuevo puesto que se adapte mejor a las fortalezas y objetivos laborales de cada uno. O un empleado que fue testigo de infracciones éticas y, posteriormente, creó sistemas organizativos que protegen a los denunciantes.
El trauma, por supuesto, no es bueno. Sin embargo, puede iniciar el crecimiento y un cambio positivo a medida que los supervivientes luchan y dan sentido a las secuelas, como demuestran los ejemplos anteriores. En concreto, los estudios revelan que hay una amplia variedad de personas, entre ellas mujeres con cáncer de mama, personas que sufren de dolor prolongado, bomberos, y trabajadores de traumatología beneficiarse del apoyo social o trabajar con grupos pequeños de personas con la misma enfermedad o problemas. Los formatos varían, pero los datos muestran que el apoyo a grupos pequeños facilita el aumento del PTG. Una técnica común es la narración de historias.
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Proponemos que los trabajadores que se enfrentan a varios tipos de traumas relacionados con la pandemia identifiquen las historias que se autodefinen que están creando sobre el trabajo durante la COVID-19. Los estudiosos de la narrativa describen el PTG como» un proceso a través del cual las personas se narran a sí mismas de nuevas maneras.». Estas historias fomentar el crecimiento ayudando a una persona a reconocer el dolor y la pérdida causados por la adversidad, a analizar su efecto y significado e internalizar una resolución positiva que active la autotransformación.
Para superar colectivamente la sensación generalizada de ansiedad, incertidumbre y angustia causada por la pandemia, hay que reconocer explícitamente la angustia. Los trabajadores perturbados pueden utilizar un ejercicio de narración de historias para restaurar el bienestar y reafirmar el sentido de propósito mientras siguen trabajando en un mundo en transformación.
Narración de historias para un crecimiento postraumático: un plan
Diseñamos las siguientes preguntas para ayudar a las personas a validar su experiencia y avanzar de forma constructiva. Se pueden utilizar con grupos o equipos ad hoc de todos los niveles de las organizaciones o entre ellas.
- ¿Cuál es la mayor pérdida que sufrió durante la COVID-19?
- ¿Cuál es el mayor avance que ha obtenido durante la COVID-19?
- ¿Qué aprende sobre sí mismo durante la COVID-19?
- ¿Qué aspecto tendría si aplicara lo aprendido en el futuro?
- ¿Qué dos palabras o frases cortas le recordarán cómo aplicar lo que está aprendiendo?
Cuando compartimos historias basadas en preguntas como estas, expresamos autenticidad y receptividad a la confianza y la vulnerabilidad. Como investigaciones muestran, compartir y escuchar historias como «compañeros atentos» unos de otros puede fomentar el crecimiento. Funciona como un proceso recíproco que impulsa la creación de significado para los narradores y genera aprecio y nuevas posibilidades para los oyentes.
Tras realizar este ejercicio con grupos de la mayor multinacional de tecnología del mundo, los participantes dijeron que salían de las sesiones con más esperanza, claridad, alineación y conexión con los demás. He aquí un plan de cómo funciona.
Hora: 120 minutos
Configuración: Teleconferencia o presencial con la distancia social adecuada
Tamaño del grupo: 4–6
Configuración: Creemos que este ejercicio se puede hacer en equipos donde hay subidón seguridad psicológica, o en grupos de desconocidos donde el anonimato proporciona seguridad. En ambos casos, la confidencialidad y la participación voluntaria son requisitos previos.
Si no se pueden cumplir estas condiciones, recomendamos a los participantes interesados que lo hagan en parejas, donde ya exista confianza.
Facilitadores: Para este ejercicio, el facilitador podría ser un colega, gerente o líder de la empresa. La función del facilitador es escuchar activamente, no juzgar, garantizar que cada persona reciba una atención respetuosa por parte del grupo y gestionar los pasos del ejercicio en secuencia. El facilitador no participa en la narración de historias; modela un compañerismo atento al demostrar los comportamientos anteriores.
El facilitador convoca la sesión asegurando a los participantes que todo lo que se comparte es confidencial. Los miembros del grupo pueden conocerse o no, ni es necesario que sean miembros del mismo equipo. El único requisito es que los participantes estén interesados en crecer.
Paso 1: Explicar el ejercicio
El facilitador explica que el ejercicio de narración está diseñado para convertir el dolor en poder a medida que sufrimos las consecuencias de la pandemia. Las personas que trabajan separadas o que regresan al lugar de trabajo compartirán historias que capturen su experiencia, identifiquen lo que han aprendido y creen una guía interna para hacer valer sus puntos fuertes y su propósito futuro.
Las historias de los participantes deben ser fundamentales para ellos mismos, extraídas de experiencias diarias de lucha, felicidad o reflexión, en lugar de eventos centrados en la pareja, los hijos, los jefes o la repetición de los titulares de los medios de comunicación en general. Algunas historias pueden generar respuestas emocionales, lo cual es normal y aceptado. Puede que algunas personas se sientan cómodas con la franqueza y la vulnerabilidad, otras menos, pero cada contribución debe escucharse y honrarse.
Paso 2: Reconocer el impacto
Los participantes reciben dos instrucciones sobre historias personales y cinco minutos para anotar sus historias en papel. Estas preguntas exploran las experiencias centrales de cada persona durante la COVID-19. A continuación, los participantes contarán sus historias al grupo en el orden que le resulte más cómodo a la persona. Pueden empezar con pérdidas o ganancias.
Cuente una anécdota o una historia para cada mensaje de abajo:
1. ¿Cuál es la mayor pérdida que ha sufrido durante la COVID-19?
2. ¿Cuál es el mayor avance que ha obtenido durante la COVID-19?
Paso 3: Imagine el futuro
Los participantes dispondrán de 5 a 10 minutos más para escribir las respuestas a la segunda serie de instrucciones y, a continuación, compartirán con el grupo lo que han aprendido y cómo les gustaría que estas ideas repercutieran en su trabajo.
3. ¿Qué aprende sobre sí mismo durante la COVID-19?
4. ¿Qué aspecto tendría si aplicara lo aprendido en el futuro?
Paso 4: Crear una brújula narrativa
Una brújula narrativa funciona como recordatorio de la historia de una persona, ya que centra su energía en lo que está aprendiendo y en cómo integrar el nuevo conocimiento de sí mismo en el trabajo diario. Una brújula empodera porque la persona elige cómo seguir adelante con un propósito y optimismo, en línea con los objetivos de la organización.
Una brújula se crea eligiendo dos palabras que comprimen la historia de una persona en una guía sucinta para dar nuevos conocimientos y significados. Las dos palabras se centrarán en las intenciones y el propósito futuros de cada persona, tal como se revela en su historia. Puede que sea más fácil recordar la brújula si las palabras son aliterativas. Por ejemplo, una brújula puede ser «amable y coherente», «centrada e intrépida» o «relájese y déjese llevar».
Para este paso, el facilitador pide a los participantes que revisen sus notas, consideren el debate grupal y dediquen de 10 a 15 minutos a responder a la siguiente pregunta:
5. ¿Qué dos palabras o frases cortas le recordarán cómo aplicar lo que está aprendiendo?
Paso 5: Hable sobre su brújula
Para terminar, el facilitador pregunta a los miembros del grupo si alguno está dispuesto a ponerle un nombre a su brújula y explicarles lo que significa para ellos. Puede que algunos miembros del grupo no se sientan cómodos compartiendo y esto no es obligatorio. El facilitador también podría preguntar cómo el ejercicio de narración ha aportado nuevas ideas o ha creado conciencia sobre la forma en que los participantes pueden adaptarse a medida que la COVID-19 reforma continuamente su cultura laboral y organizacional.
Estos son dos ejemplos de las últimas sesiones que facilitamos y que ilustran a los participantes descubriendo cómo quieren crecer contando sus historias. Todos los nombres son seudónimos y el resto de detalles se han anonimizado.
Ejemplo de ejercicio 1:
Casey es un programador de ordenadores que se ha adaptado a trabajar desde casa y le gusta el nuevo acuerdo. Así es como trabajó en cada uno de los cinco pasos:
- Casey le dice al grupo que su mayor ganancia con la COVID-19 es el tiempo y la libertad. Ya no tiene que ir a la oficina y evita las charlas en la oficina que lo incomodan. Tiene más libertad para completar sus tareas según sus condiciones con menos interrupciones.
- La mayor pérdida inicial de Casey fue el cambio a sus días reglamentados. Reconstruir una rutina establecida era difícil y llegó con una nueva intrusión: las teleconferencias. El formato electrónico lo pone en una desventaja aún mayor, ya que leer las señales no verbales es más difícil que reunirse cara a cara. Se pone a la defensiva cuando otras personas cuestionan las decisiones sobre los productos de trabajo que ha tomado por su cuenta, incluso cuando ve el mérito de los comentarios críticos.
- Casey se da cuenta de que está aprendiendo el poder de la conexión. Antes de la pandemia, el contacto diario con la oficina le permitía integrar ajustes y mejoras en su programación sin problemas. Era capaz de incorporar cambios a diario porque la comunicación informal y las reuniones de rutina mantenían al equipo alineado. Por su cuenta, no contacta ni se registra a menos que sea necesario, lo que se frustra cuando descubre que se está desfasando.
- Casey dice al grupo que si aplicara lo que está aprendiendo, tomaría la iniciativa de consultar con los miembros del equipo de manera frecuente e informal para solicitar ideas y comentarios antes de tomar decisiones ad hoc. Tendrá que relajar un poco de su rutina, estrictamente controlada, para dejar espacio a conversaciones improvisadas y desordenadas en las que se discutan y evalúan otras ideas.
- Al comprimir esta historia en una brújula narrativa, Casey elige «abierta y dispuesta». Esta brújula le recuerda que trabaja mejor cuando está abierto a nuevas ideas y que su voluntad de colaborar más le proporciona beneficios concretos para él y para el departamento.
Ejemplo de ejercicio 2:
Blair dirige un equipo creativo. Ahora trabaja desde casa, que comparte con su esposo y sus dos hijos en edad escolar.
- Blair comparte su mayor pérdida de espacio para la planificación estratégica. Con poco tiempo para ella, el espacio de reflexión necesario para mantener un liderazgo proactivo ha desaparecido.
- Por otro lado, Blair ha adquirido una visión profunda de la vida de su equipo. Las llamadas de Zoom le permiten ver a las personas en su contexto, en sus casas con mascotas, niños y complicaciones. Ha descubierto que las conexiones se están profundizando a pesar de la separación, ya que una mayor autenticidad genera más confianza.
- Blair está aprendiendo que un buen liderazgo depende de la planificación estratégica. Está analizando su agenda con nuevos ojos, lo que elimina las tareas no esenciales en todos los ámbitos. Aunque trabajar desde casa le impone muchas exigencias contrapuestas, algunas tareas y procesos anteriores de la oficina se pueden acortar o eliminar.
- Para presentarse a su equipo de la manera que le gustaría, Blair entiende que debe priorizar sin piedad para dedicar tiempo a la planificación estratégica. También debe mantener o aumentar el tiempo con los miembros del equipo para aprovechar los beneficios de una mayor confianza.
- Para resumir las dos lecciones más importantes que está aprendiendo, Blair elige «captar y eliminar» como brújula narrativa. Las palabras le recuerdan que, para seguir creciendo para ella y el equipo, debe crear un espacio para participar con frecuencia y, al mismo tiempo, ofrecer una estrategia para los objetivos futuros del equipo.
Cómo utilizar una brújula narrativa
Una vez que tenga su brújula narrativa, podrá integrarla en las rutinas diarias sin que lleve mucho tiempo. No hay una forma correcta o incorrecta de aplicarlo, pero aquí tiene tres ideas que puede probar:
El viaje de cinco minutos al trabajo. Trabajar desde casa significa que muchas personas ya no conducen a la oficina. Sustituya el viaje tradicional al trabajo por una transición mental de 5 minutos cada mañana. Dedique tiempo a imaginarse cómo se desarrollará su día si aplica la brújula en la realización de sus tareas. Por ejemplo, si su brújula es «seguro y compasivo», imagine cómo hablará por sí mismo en una reunión de Zoom y, al mismo tiempo, escuchará y reconocerá las ideas de los demás.
Reinicio después de la acción. Integrar nuevas ideas y actitudes requiere inevitablemente práctica. Cuando surjan situaciones que no resulten como se esperaba, no juzgue ni se critique a sí mismo ni a los demás. En su lugar, dedique unos minutos al final del día a revisar qué podría haber ido mejor e imagine cómo aplicar la brújula en el futuro podría producir un resultado más acorde con su intención. Esto ayuda a replantear un día difícil como parte del proceso de aprendizaje para alcanzar su objetivo.
Notifique y comparta. Solicite una cita semanal con un colega o amigo de confianza para hablar sobre cómo su brújula narrativa afecta a su trabajo y a su sensación de empoderamiento. Cuando comparta sus observaciones, comience con frases neutras como «Me he dado cuenta…» o «Estoy reconociendo…» ¿Dónde marca la diferencia la brújula? ¿Cómo puede seguir perfeccionando o mejorando? Hay una gran diferencia entre una autoevaluación honesta y una autocondena crítica. Asegúrese de que su colega lo obligue a hacer lo primero.
Puede que la configuración de la brújula tenga que cambiar periódicamente a medida que su historia evolucione. Se puede repetir el ejercicio y restablecer la brújula para adaptarlo a los nuevos plazos, por ejemplo, al principio de un nuevo trimestre o cuando las circunstancias cambiantes causen problemas.
***
Los líderes empresariales apoyan a sus empleados al entender que el bienestar individual permite la productividad en el trabajo. Los estudios muestran que en las organizaciones en las que se trata a los empleados con cuidado y compasión cuando se enfrentan a desafíos importantes sienten más satisfacción y compromiso laboral y sufren menos agotamiento y absentismo.
La narración de historias ofrece un camino eficaz hacia el bienestar a través del crecimiento postraumático. Ejercicios como el que se ofrece aquí se pueden realizar en cualquier lugar, dentro de las organizaciones y estructuras jerárquicas o entre ellas. Investigador David Boje describe la narración como una «moneda preferida para tener sentido» de los seres humanos. En pocas palabras, las historias dan contexto y orden a los acontecimientos, lo que contribuye al propósito y a la productividad.
Al aprovechar nuestra capacidad de contar y escuchar historias, es posible aprender de las historias de traumas y activar el crecimiento durante la COVID-19, lo que crea nuevas posibilidades para los trabajadores y las organizaciones.
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