Los algoritmos pueden evitar que las redes sean una ruleta de tarjetas de presentación
por Walter Frick
La creación de redes puede ser una especie de juego de azar. Aunque puede que haya alguien en la sala a quien realmente debería conocer, alguien cuya relación pueda ayudarlo profesionalmente, a menudo es imposible determinar quién es con precisión. Así que vamos a conferencias del sector y compartimos tarjetas de presentación como aerosol para escopetas, con la esperanza de que, con un poco de suerte, podamos establecer una conexión útil. En las grandes organizaciones, lo mismo ocurre con la creación de redes en las funciones de la empresa; seguro que hay alguien en otro departamento a quien sería útil conocer, pero al escanear la habitación en la fiesta de Navidad no siempre queda claro quién es.
Si esto parece un tema trivial, en realidad es cualquier cosa menos. La innovación, un componente fundamental del éxito de las empresas actuales, consiste en crear nuevas ideas. Y generar nuevas ideas implica recombinar las antiguas de formas nuevas e interesantes. En la práctica, eso significa mezclar a las personas para que la información que comparten pueda combinarse en algo nuevo. Por eso las empresas hacen todo lo posible para diseñar oficinas que fomentar los encuentros espontáneos, y por qué las ciudades densas, donde la gente puede toparse en la calle, son más innovadoras que los suburbios más dispersos.
También es, a nivel teórico, la razón por la que las redes son importantes y por qué una nuevo artículo académico sobre la creación de redes en las conferencias es muy interesante. Investigadores del Reino Unido, Japón e Italia se propusieron mejorar la creación de redes en una conferencia científica que estaban organizando. Pidieron a todos los asistentes que compartieran cuáles de los demás asistentes conocían, su área de especialización y las áreas temáticas o métodos que les interesaba aprender. Con esta información, los investigadores realizaron dos rondas de «citas rápidas» utilizando algoritmos diseñados para maximizar la formación de nuevas relaciones. En la primera ronda, los participantes se reunieron con otras personas que estaban «lejos» de ellos en la red social de la conferencia, así como «lejos» en términos de experiencia. En el segundo, buscaron a personas que estuvieran «lejos» unas de otras en la red y que tuvieran una experiencia que el otro estuviera interesado en aprender.
Esta datación rápida algorítmica aseguró que los científicos se recombinaran de nuevas formas, fortaleciendo los lazos en la red que no habrían existido y aumentando las probabilidades de que cada participante estableciera conexiones útiles. Es demasiado pronto para saber si este enfoque produce beneficios cuantificables, pero la respuesta de la encuesta posterior a la conferencia fue extremadamente positiva. Cabe destacar que más de la mitad de los encuestados indicaron que «de los debates de la reunión surgieron posibles nuevas colaboraciones».
«Por supuesto, no tenemos una base de referencia objetiva», dijo Rafael Carazo Salas, de la Universidad de Cambridge, uno de los autores. Pero eso no significa que no pueda haber uno en el futuro. Cuando hablé con Carazo Salas, mencionó el uso de Twitter o LinkedIn para cuantificar la coincidencia algorítmica en comparación con las redes tradicionales a la hora de crear nuevas conexiones. «En el caso de la ciencia», continuó, «podría recurrir a las subvenciones presentadas conjuntamente [o] a las solicitudes de patente presentadas», para medir no solo los efectos en la red, sino también el impacto final en la colaboración.
Si se pudiera encontrar esa medida de éxito, es probable que este enfoque algorítmico para conocer gente pueda transformar las redes tanto entre las empresas como dentro de ellas, como lo ha hecho para mundo de citas online. Cuando se apunte a un evento de Eventbrite, un algoritmo podría sugerirle las personas con las que más le beneficiaría conocer allí. Algo similar podría ocurrir en las empresas, con algoritmos que escanean el correo electrónico, las intranets y las herramientas de gestión de proyectos para sugerir colaboradores que podrían mejorar un proyecto incluso antes de que comience.
No cabe duda de que algunas personas reaccionarán negativamente ante la idea de que los algoritmos decidan con quién debemos reunirnos y colaborar, sobre todo los profesionales del desarrollo empresarial, cuya perspicacia para establecer redes podría ser menos valiosa. Pero la sociedad se ha acostumbrado en el ámbito de las citas, y los asistentes a la conferencia del experimento de Carazo Salas reaccionaron con más entusiasmo cuando les dijeron que sus parejas eran el resultado de la computación. Además, este tipo de coincidencia algorítmica ya da forma a la forma en que nos conectamos en el mundo de Internet.
Aún es pronto para este enfoque algorítmico para hacer coincidir personas, al menos cara a cara, y con fines de productividad empresarial y científica. Pero Carazo Salas y sus colegas están explorando las aplicaciones comerciales de su experimento. «Todo tiene que ver con la innovación», me dijo. «Mezclando cosas que son diferentes, probablemente salgan cosas nuevas».
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