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Liderazgo y gestión de personas

Encontrar la alegría como gerente, incluso en los días malos

por Daisy Auger-Domínguez

Encontrar la alegría como gerente, incluso en los días malos

Cuando el trabajo y la vida son abrumadores, puede resultar difícil recuperar la sensación de alegría en el trabajo. Las investigaciones han demostrado los beneficios de incorporar la alegría, la esperanza y el optimismo en el lugar de trabajo para combatir el agotamiento y mejorar el bienestar. El autor recomienda cuatro estrategias para volver a conectar con la alegría en el trabajo en sus días más difíciles: 1) Encuentre el por qué: vuelva a conectar con su pasión y su propósito alineando su trabajo con lo que le da alegría, lo que se le da bien y lo que el mundo necesita. 2) Adopte una mentalidad de principiante: aborde los desafíos con curiosidad y franqueza, fomentando una sensación de asombro. 3) Espolvoree gratitud y alegría como el confeti: reconozca y celebre activamente las contribuciones para construir una cultura de equipo solidaria y cohesiva. 4) Alimente su alegría: mantenga los recordatorios positivos y practique el autoservicio compasión para mantener la energía y el entusiasmo en su papel.

Varios meses después de la pandemia, me sentí deprimido de manera persistente como el nuevo líder de un equipo mundial. Cada día, me enfrentaba a una ola de desafíos para colegas que nunca había conocido y planificaba estrategias para oficinas que nunca había visto. La creciente ola de aplastantes cargas de trabajo y tensiones interpersonales amenazaba con hundirnos. Al mismo tiempo, la falta de interacciones cara a cara me dejó con ganas de trabajar en equipo que pudiera ayudarnos en tiempos difíciles. Con la incertidumbre y el miedo por todas partes, encontrar inspiración parecía casi imposible.

Entonces, una tarde, las cosas cambiaron durante la presentación de nuevos proyectos de marketing. Al ver equipos de todo el mundo, me inspiró su vitalidad, creatividad y talento. No fue solo otra reunión virtual con conceptos creativos y eslóganes pegadizos. Fui testigo de la alegría y el orgullo en los rostros de mis colegas y sentí que se les levantaba el ánimo con cada reconocimiento. En ese momento, pasé de centrarme en la penumbra de un sinfín de tareas a la alegría de compartir experiencias, creatividad y resiliencia.

Quedó claro que el agotamiento y la falta de conexión generalizados estaban perjudicando nuestro trabajo y tensando nuestras relaciones. Estos factores estresantes también nos estaban robando la alegría y el asombro. Era una bomba de relojería que hacía tictac para el agotamiento.

Investigación de la Asociación de Ciencias Psicológicas indica que el estrés laboral crónico no solo afecta al bienestar emocional, sino que también provoca importantes problemas de salud física y problemas cognitivos. Sin embargo, incorporar estrategias que fomenten la alegría, la esperanza y el optimismo puede mitigar estos efectos. Según el Instituto para la Mejora de la Atención Médica, centrarse en aumentar la alegría en el trabajo, más que reducir el agotamiento, se ha demostrado que mejora la satisfacción de los empleados, reduce el estrés y mejora el bienestar general, lo que reduce las tasas de agotamiento y aumenta los niveles de compromiso.

Al abordar de forma proactiva lo que se interpone en el camino de la satisfacción, la conexión y el propósito, podemos transformar nuestros lugares de trabajo en espacios rebosantes de alegría y optimismo. Cuando mejora la forma en que se presenta, mejora su capacidad de ser más eficaz y estar presente para los demás. Estas son cuatro estrategias que los líderes pueden utilizar para generar alegría, esperanza y optimismo en su jornada laboral.

1. Encuentre su por qué.

Conectarse consigo mismo primero requiere que acepte la fuerza impulsora detrás de todo lo que hace, su por qué.

Ikigai es un concepto japonés que se traduce aproximadamente como «una razón de ser» o el verdadero propósito, satisfacción y realización de la vida. Este concepto sugiere que puede descubrir el significado y la satisfacción alineando sus pasiones, talentos y valores, así como abordando las necesidades del mundo. En un episodio del podcast En la arena, autor de Cómo hacer Ikigai Tim Tamashiro lo describe como «los dones inherentes que posee, que puede compartir de forma natural con los demás, iluminando y enriqueciendo así sus vidas».

Intente encontrar su ikigai reflexionando sobre estas preguntas de Ikigai: El secreto japonés para una vida larga y feliz de Héctor García y Francesc Miralles:

  • ¿Qué actividades y actividades le dan alegría y entusiasmo? Esta información puede ayudarlo a determinar lo que le encanta (su pasión).
  • ¿Qué habilidades y talentos posee para el bien común? Esto le ayuda a determinar en qué es bueno (su vocación).
  • ¿Cómo se le puede reconocer y recompensar por sus contribuciones al mundo? Esto le ayuda a determinar por qué se le puede recompensar (su profesión).
  • ¿Cómo puede tener un impacto positivo en los demás y en el mundo en general? Esto le ayuda a determinar lo que el mundo necesita (su misión).

Lo que le da alegría, en lo que es especialmente bueno y lo que el mundo necesita de usted es el combustible que lo mantenga en marcha. Alinear su trabajo con estos elementos puede renovar su pasión y propósito en su puesto. Por ejemplo, si ser mentora de otros le entusiasma, tome un café y charle con un miembro del equipo junior. Es gratificante para usted, útil para ellos y aumenta la moral. Además, hace que su trabajo sea más divertido. O, si le gusta organizar eventos sociales, cree una lista de reproducción los viernes en la que todos compartan su canción favorita. Es una forma sencilla de crear conexiones, repartir alegría y hacer que la semana laboral sea un poco más agradable.

2. Adopte una mentalidad de principiante.

La rutina diaria a veces puede hacernos los de la vista gorda ante las nuevas posibilidades.

¿Recuerda la oleada de emoción cuando consiguió su primer trabajo o fue ascendido por última vez? Esos primeros días rebosaban de potencial y todo parecía alcanzable. La emoción de las nuevas relaciones, proyectos y oportunidades lo hicieron caminar en el aire.

¿También recuerda cuando esa chispa se apagó? ¿Cuando situaciones que antes eran emocionantes empezaron a parecer rancias? Puede haber empezado cuando alguien dejó de fumar y usted tuvo que asumir su carga de trabajo sin cambios en el salario ni en los plazos, lo que se convirtió en una espiral de agotamiento, soledad y frustración. Puede que haya sentido que no podía hacer nada bien o que se había desencantado con su jefe, equipo o compañeros.

Estaba agotado.

Y no es solo usted quien siente el impacto de pasar de ser un principiante con los ojos brillantes a un drogadicto cansado y sobrecargado. Sus colegas, las personas que dirige, su familia y sus amigos también lo perciben.

Shunryu Suzuki, autor de Mente zen, mente de principiante, escribe: «En la mente del principiante hay muchas posibilidades, pero en la mente del experto hay pocas». Abrazar la mente de un principiante, o Shoshin del budismo zen, significa acercarse al mundo con la franqueza y la curiosidad de un novato. Esta mentalidad, libre de conocimientos y sesgos del pasado, amplía nuestra perspectiva y potencial y puede ayudarnos a dejar de sentirnos atrapados o agotados al fomentar el asombro, el afán de aprender y la curiosidad.

Animar a su equipo a abordar las tareas y los desafíos con una visión nueva puede descubrir oportunidades ocultas y fomentar la apertura a otras nuevas. Puede modelar esta mentalidad buscando activamente nuevas perspectivas y mostrando curiosidad por los diferentes enfoques. Cuando surja un problema, en lugar de optar por las soluciones del pasado, pregúntese a usted y a su equipo: «¿Qué podemos aprender de esto? ¿Cómo podríamos ver esto de otra manera?» Sumérjase en las conversaciones con una actitud de «cuénteme más» y observe cómo construye conexiones más profundas y significativas. Este enfoque no solo estimula la creatividad y mejora su comprensión de sí mismo y de los demás, sino que también reduce la presión por tener todas las respuestas.

3. Espolvoree gratitud y alegría como confeti.

Expresar activamente su gratitud y reconocer las contribuciones de los demás puede levantar el ánimo, fortalecer las relaciones y crear una cultura de equipo de apoyo. Investigación del Greater Good Science Center de la Universidad de California en Berkeley programas que la gratitud en el lugar de trabajo conduce a aumentar la satisfacción laboral, a mejorar la salud mental y a reforzar la cohesión del equipo.

Mi colega Maneesh Goyal introdujo la tradición del «confeti» en las reuniones de la junta, al compartir fotos y anécdotas personales de momentos de orgullo y fragmentos de la vida fuera de la sala de juntas para dar energía a la sala y fortalecer los lazos sociales. Inspirado por esto, piense en alguien que lo haya ayudado o que haya hecho algo memorable recientemente. Diga «gracias» con un gesto reflexivo que destaque. Celebre las victorias de su equipo con notas, agradecimientos al principio de las reuniones o pequeñas muestras de agradecimiento. Estos gestos fomentan el sentido de pertenencia y elevan la moral.

Anime a su equipo a hacer lo mismo. Conviértalo en un ritual divertido para compartir reconocimientos inesperados o creativos durante las reuniones de equipo o individuales. Celebrar las pequeñas victorias y los actos de generosidad puede recordarles su impacto positivo, alegrar el ambiente y reducir el estrés continuo. Agregue estos momentos de bienestar a lo largo de su proceso de incorporación, destáquelos en su página de empleo y aproveche cada oportunidad para transformar su lugar de trabajo en un entorno más conectado y alegre.

4. Alimente su alegría.

Los días difíciles son inevitables. Cuando el trabajo es abrumador, mantener una «Carpeta feliz» en su escritorio llena de comentarios positivos y momentos memorables puede levantarle el ánimo y recordarle su valor. Por ejemplo, valoro una nota de despedida de un miembro del equipo en la que expresa su agradecimiento por mi apoyo: «Sé que nos defiende aunque no lo veamos, pero lo percibimos». Esta sencilla práctica me ayuda a volver a concentrarme y a subir la moral en los momentos difíciles.

¿Y cuándo fue la última vez que se dijo: «buen trabajo», «se lo merece» o «está bien»? Deje de hacer autocrítica y concédase la misma amabilidad y reconocimiento que ofrece a los demás. La investigación muestra que el diálogo interno positivo mejora la salud mental al reducir la ansiedad y la depresión, aumentar la resiliencia y aumentar la confianza. Al igual que los atletas olímpicos que meditan y reflexionan positivamente para mejorar su desempeño, usted también puede beneficiarse de una mentalidad positiva. Al practicar esto, recargará las pilas y podrá apoyar mejor a su equipo con entusiasmo y energía. La alegría es contagiosa: si la modela, otros la siguen, creando un ciclo de refuerzo positivo.

Cuando necesite un impulso, pregúntese: ¿Qué aspectos de mi trabajo me dan alegría? ¿Qué tendría que ser cierto acerca de mi puesto para quedarme aquí cinco años más? ¿Cómo puedo influir positivamente en mi equipo y crear un efecto dominó? Este enfoque puede transformar el trabajo en un lugar de ligereza y conexión, contrarrestar la dureza del mundo y reavivar su chispa colectiva.

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Integrar la alegría, la esperanza y el optimismo en los equipos es más que una versión moderna del cuidado personal directivo, es una mentalidad de liderazgo. Al implementar estas estrategias, recuerde que el objetivo no es solo sobrevivir a los días más difíciles, sino hacer del trabajo un lugar en el que usted y sus equipos puedan compartir la alegría.