No subestime el poder del silencio
por Vijay Eswaran

El año pasado, el mundo se cerró y nuestras vidas cambiaron drásticamente. «Estoy muy cansado» ya era un símbolo de estatus, pero el agotamiento y su impacto duradero en nuestra salud han aumentado. Las líneas entre el trabajo y el juego se han difuminado.
Puede que esto sea más cierto para las generaciones más jóvenes.
Los estudiantes no han vuelto a un aula física desde hace más de un año, los recién graduados están entrando en una recesión económica y la propia fuerza laboral está cambiando. A pesar de que algunas regiones se abren lentamente, reina el manto de la incertidumbre.
Trabajo en estrecha colaboración con muchos jóvenes como parte de mi misión personal de guiar a la próxima generación de líderes, quienes creo que tienen el potencial de dar forma a un mundo mejor para el futuro. Más del 50% de la fuerza laboral de mi empresa compromete a los millennials y, en el mundo anterior a la COVID, ofrecíamos un programa continuo de tutoría presencial. Durante el último año, muchos de mis colegas y aprendices se pusieron en contacto conmigo para expresarme sus sentimientos de frustración y angustia.
Mi consejo para ellos siempre comienza con la tranquilidad. Aunque muchos de nosotros pensamos que estamos solos en nuestros sentimientos, no son inusuales ni infrecuentes. Para superar una fase difícil sobre la que no tenemos control, podemos centrarnos en algo sobre lo que sí tenemos control.
Probablemente haya escuchado estas «sabias palabras» antes. Pero, ¿sabe cómo aplicarlos?
Durante más de 30 años, he empezado el día con una rutina de 60 minutos que me ayuda a mantener los pies en la tierra, concentrarme y, lo que es más importante, a mantener la esperanza cuando mi mente quiere entrar en espiral. Yo la llamo La Esfera del Silencio.
La esfera del silencio
Cuando era niño, mi abuelo vivía conmigo y con mi familia. Todas las mañanas se despertaba al amanecer y se sentaba en total silencio durante una hora. A pesar de que el resto de la familia se despertaba y los diversos rituales matutinos se desarrollaban a su alrededor, se quedó quieto y callado. Nada podría restarle valor durante ese tiempo. Se refirió a ella como Monte Vratham, un ritual de silencio meditativo practicado desde hace mucho tiempo en la tradición hindú india. Creía que abstenerse de hablar durante un período determinado cada día le daba paz interior y lo convertía en un mejor oyente.
A lo largo de los años, mientras viajaba a diferentes partes del mundo, inicialmente por motivos de educación y más tarde por trabajo, descubrí que la práctica ritual del silencio no es exclusiva de ninguna religión o cultura. El cristianismo, el judaísmo y el islam han abogado por la práctica del silencio de una forma u otra.
Aunque mi abuelo me enseñó este consultorio a una edad temprana, pasaron muchos años antes de que aprendiera a apreciarlo de verdad. Tras terminar mis estudios universitarios en Londres, me tomé un año sabático para viajar por Europa y pasé un tiempo en Italia, donde estuve algún tiempo en un convento franciscano. Llegué justo antes de la Cuaresma y descubrí que los hermanos del convento pasaban todo el período de 40 días en silencio.
Me animaron a seguir la práctica. Fue una de las cosas más difíciles que he vivido en mi vida. Cuando se ve obligado a guardar silencio, tiene que encontrar otras formas de comunicarse, lo que significa que tiene que mantener su mensaje muy sencillo. Esto lo obliga a ordenar su proceso de pensamiento. Durante estas semanas aprendí que el silencio no es solo para rezar.
Guardar silencio nos permite canalizar nuestras energías. Nos da la claridad que necesitamos para afrontar con calma los desafíos y la incertidumbre. La hora de silencio que practico cada mañana, y le animo a que practique también, puede ser un momento para recopilar nuestras ideas, entrenar nuestra mente y decidir cómo queremos empezar el día.
La rutina
La esfera del silencio se divide en tres segmentos de 30, 20 y 10 minutos cada uno. Si acaba de empezar, puede probar una versión abreviada reduciendo el tiempo en cada uno de los segmentos, pero le recomiendo encarecidamente que vaya hasta los 60 minutos completos para obtener las mejores ventajas.
Su objetivo debe ser completar un ciclo de 21 días sin interrupciones. Cuando empiece, pensará que es fácil. Entonces, la inspiración inicial se desvanecerá y la realidad llegará. Supere esta fase y siga con la rutina. Formar un hábito lleva tiempo, pero con el tiempo, se convertirá en algo natural.
Cuando empecé a practicar La Esfera del Silencio con regularidad, algunos de los primeros cambios que noté en mí se produjeron alrededor de los 21 días.
La preparación
La regla básica, como su nombre indica, es guardar total silencio. Todo el entrenamiento de 60 minutos debe hacerse sin distracciones del mundo exterior, así que apague todos sus dispositivos y busque un lugar tranquilo lejos de los demás. Tenga un diario y un bolígrafo listos. Además, coja un libro que quiera leer desde hace tiempo y colóquelo cerca de usted.
Si bien no es necesario que practique La Esfera del Silencio por la mañana, he descubierto que hacerlo me da un impulso de productividad y calma que me ayuda a combatir el estrés del día.
Los primeros 30 minutos: Fijación de objetivos
Mis experiencias en el convento inspiraron el proceso de este primer segmento del consultorio, que también es el más importante. Lo he dividido en tres sets de 10 minutos.
Coja su diario y dedique los 10 primeros minutos a escribir sus objetivos a corto, medio y largo plazo. Luego, dedique el siguiente set de 10 minutos a evaluar su progreso en las metas que se fijó el día anterior.
Cuando anota sus objetivos, se ve obligado a tener muy claro lo que quiere lograr. Cuando lo hace todas las mañanas, se despierta con esos objetivos, hace preguntas sobre su progreso y recalibra sus planes si es necesario. Esto lo motivará a centrarse en seguir adelante y completar las tareas necesarias para lograr el éxito que le parezca.
Utilice los últimos 10 minutos para tomar nota de cualquier objetivo incumplido (especialmente los objetivos a corto plazo o diarios) y evaluar las razones por las que no los ha alcanzado. Los acontecimientos del mañana se derivan de lo que hace hoy, así que entender el ayer es la clave para dar forma al mañana.
Los próximos 20 minutos: Aprendizaje y crecimiento
Fue entonces cuando cogió ese libro que compró hace muchas lunas pero que nunca llegó a leer. La regla básica de este segmento es elegir un libro que le enseñe cosas nuevas y enriquezca su mente.
Cuando hace que la lectura forme parte de su rutina matutina, cuando su mente está descansada y fresca y lista para absorber nuevas ideas, empieza el día lleno de motivación, no de miedo a lo desconocido.
Esta parte del proceso se adaptó de mi estancia en la Misión Ramakrishna en Singapur, donde permanecí al terminar el instituto. La Misión es una importante organización espiritual y de bienestar mundial que participa en actividades caritativas en todo el mundo. Como parte de mis funciones de aprendiz, tenía que leer una serie de libros y resumirlos para el catálogo de la biblioteca. Si tuviera preguntas, tenía que anotarlas y discutirlas a la hora de comer con los Ancianos.
Aquí es donde desarrollé el hábito de leer en completo silencio y de tomar notas mientras leía. Descubrí que al escribir mis aprendizajes y puntos de vista, podía encontrar puntos de acción para implementarlos en mi propia vida basándome en las ideas del libro.
Pues, dedique los 10 primeros minutos de este paso a leer un capítulo de su libro. Luego, utilice los 10 minutos restantes para escribir a mano un resumen de lo que acaba de leer.
Para cuando termine el libro, habrá realizado una capa adicional de procesamiento, lo que permitirá una retención y un análisis más profundos y reforzará su memoria a corto plazo.
Los últimos 10 minutos: Atención plena
Este último segmento es un proceso de base importante, como un enfriamiento después de un buen entrenamiento. Utilice estos últimos 10 minutos para autorreflexionar y, si cree en un poder superior, para comunicarse con Dios, el Universo, su espiritualidad o lo que prefiera.
Mi abuelo inspiró este proceso final. Para él, esa hora de silencio de cada mañana tenía una dimensión espiritual que lo llevó a rezar todos los días por la mañana.
El enfoque depende totalmente de usted, pero el objetivo de este segmento es estar presente y prestar atención a sus sentimientos. La ventaja adicional del silencio es que actúa como un filtro natural de sus pensamientos. Le da tiempo para pensar en lo que siente y en lo que esos sentimientos significan para usted.
Me he dado cuenta de que esta parte de la práctica también es una forma poderosa de hacer frente al enfado. Le permite aprovechar la calma en situaciones estresantes y elegir, con atención plena, mantenerse alejado de la negatividad.
El resultado
Cuando practique La Esfera del Silencio sin descanso durante 21 días, es probable que note cambios inmediatos en la forma en que percibe el mundo que lo rodea, comience a adquirir una visión intensa de todo lo que hace y encuentre un mayor sentido del equilibrio.
Muchos de nosotros hemos olvidado (o incluso tememos) la tranquilidad. Vivimos en un mundo lleno de ruido y charla. Un mundo en el que nuestras rutinas diarias estén inundadas de distracciones y responsabilidades. Este consultorio es una inversión en usted. Es una forma de tomar el control de las 23 horas que le quedan del día**.**
Proyectar el día en su mente antes de que comience, tomar decisiones y ver cómo se manifiestan: todas estas cosas tienen un propósito más profundo que simplemente tomar el control. Cuando ve que su visión se hace realidad, esto le da confianza y una comprensión más profunda de lo que es. Aprende a confiar en sí mismo, a ser capaz de contar con sus decisiones y a sentirse más seguro entre el ruido y la incertidumbre que lo rodean.
Artículos Relacionados

La IA es genial en las tareas rutinarias. He aquí por qué los consejos de administración deberían resistirse a utilizarla.

Investigación: Cuando el esfuerzo adicional le hace empeorar en su trabajo
A todos nos ha pasado: después de intentar proactivamente agilizar un proceso en el trabajo, se siente mentalmente agotado y menos capaz de realizar bien otras tareas. Pero, ¿tomar la iniciativa para mejorar las tareas de su trabajo le hizo realmente peor en otras actividades al final del día? Un nuevo estudio de trabajadores franceses ha encontrado pruebas contundentes de que cuanto más intentan los trabajadores mejorar las tareas, peor es su rendimiento mental a la hora de cerrar. Esto tiene implicaciones sobre cómo las empresas pueden apoyar mejor a sus equipos para que tengan lo que necesitan para ser proactivos sin fatigarse mentalmente.

En tiempos inciertos, hágase estas preguntas antes de tomar una decisión
En medio de la inestabilidad geopolítica, las conmociones climáticas, la disrupción de la IA, etc., los líderes de hoy en día no navegan por las crisis ocasionales, sino que operan en un estado de perma-crisis.