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Gestión propia

Diseñe un espacio de trabajo que también dé privacidad a los extrovertidos

por Christine Congdon

Algunas de las personas más improbables han confesado ser introvertidas últimamente. Una conocida reciente, mientras conversaba amablemente durante una sesión de networking previa al evento, se inclinó para decirme en voz baja que en realidad es una introvertida. Sentía que tenía que aprender más comportamientos extrovertidos para triunfar en su carrera. Y no es la única.

Parece que todo el mundo habla de su posición en el espectro de la introversión estos días, y por una buena razón. Desde Susan Cain, autora de Silencio: El poder de los introvertidos en un mundo que no puede dejar de hablar la entregó Charla TED en 2012, el público es más consciente de este importante aspecto de nuestra personalidad y de cómo afecta a nuestros comportamientos, emociones y decisiones. Ahora sabemos que los introvertidos no son tímidos, simplemente responden a los estímulos con mayor sensibilidad. Son personas reflexivas que no dominan una conversación ni llaman la atención, pero su preferencia por la soledad los lleva a una visión y una creatividad profundas. Ser introvertido ya no es un problema que resolver o encubrir, se ha convertido en algo guay. Y las empresas buscan formas de ofrecer a los introvertidos la soledad que tanto desean en el trabajo.

Los extrovertidos, por su parte, parece que reciben un poco menos de atención. Como les encanta socializar y pasan cómodamente gran parte del día interactuando con otras personas, trabajar en espacios abiertos parece ideal. En nuestros lugares de trabajo en Steelcase es bastante fácil detectar a un extrovertido. Casi siempre los puede encontrar en espacios abiertos y comunitarios, como nuestro Work Café, que es un lugar que combina el ambiente de una cafetería con una variedad de entornos de trabajo donde las personas pueden colaborar, trabajar de forma individual o charlar con sus compañeros de trabajo. Es el centro de nuestro campus y un gran lugar para ver o ser visto, un paraíso para los extrovertidos.

Pero incluso los extrovertidos se agotan por la cantidad de estímulos a los que se enfrentan todos. Nos bombardean con información: según La ventaja de la felicidad autor Shawn Achor, las personas reciben más de 11 millones de bits de información cada segundo, pero el cerebro consciente solo puede gestionar unos 40 bits de forma eficaz. Nuestra tecnología permite que el trabajo nos siga a todas partes, incluso a lugares como el dormitorio y el baño, que antes eran santuarios no laborales. Colaboramos con los compañeros de equipo durante períodos de tiempo más largos (a veces toda la jornada laboral), lo que requiere más horas para realizar nuestras tareas individuales. Incluso en países como Francia y Alemania, que desde hace tiempo valoran la separación entre el trabajo y la vida, nuestros trabajos se han infiltrado en las noches y los fines de semana. El ritmo de trabajo se ha intensificado en todas partes. Lo que significa que todo el mundo, incluidos los extrovertidos, necesita acceder a lugares privados para hacer sus cosas, o simplemente tomarse un respiro.

Como humanos necesitamos privacidad tanto como necesitamos la interacción humana. Pero con demasiada frecuencia nuestros lugares de trabajo están diseñados con un fuerte sesgo hacia la colaboración y las conexiones sociales, sin espacios adecuados y variados para la concentración y el rejuvenecimiento. Las distracciones nos preocupan a todos, pero a los extrovertidos les parecen irresistibles. Hemos encontrado varias estrategias de diseño para apoyar la necesidad de privacidad de los extrovertidos. Estas son algunas ideas:

  • Los extrovertidos se sienten atraídos por las interacciones sociales. Cree «zonas silenciosas» para el trabajo individual que reduzcan la tentación de interactuar con los demás. Oriente los muebles para evitar conversaciones y contacto visual.
  • Cree áreas privadas con vidrio esmerilado u otros tratamientos que permitan la entrada de luz, pero gestionen las distracciones. Colóquelas en áreas de poco tráfico para limitar la tentación de los extrovertidos de mirar hacia arriba e interactuar con los transeúntes.
  • Proporcione a las áreas privadas cerradas propiedades acústicas fuertes para evitar que entre el ruido. A los extrovertidos les atraen las conversaciones, así que asegúrese de que hay sellos de sonido que minimicen o eliminen las voces, lo que permitirá a los extrovertidos concentrarse.
  • Programe un «tiempo de silencio» para que todos se centren en su trabajo individual. La convención social de esta práctica ayudará a los extrovertidos a asignar el tiempo «sin interacciones».
  • Ayude a los extrovertidos a protegerse de las distracciones visuales con paredes opacas o pantallas móviles.
  • Los extrovertidos necesitan un respiro de la intensidad del trabajo. Cree lugares con texturas, sonidos y vistas relajantes, donde puedan buscar la soledad y rejuvenecer.

Para que estas ideas funcionen, las organizaciones deben adoptar la idea de que buscar la privacidad no es antisocial, sino que forma parte de un equilibrio esencial en nuestra jornada laboral. Los extrovertidos, al igual que los introvertidos, necesitan permiso para buscar tiempo a solas cuando lo necesitan para hacer su mejor trabajo.