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A todo el mundo le encantan los comentarios. Siempre y cuando sean positivos.
Pero a la mayorÃa de nosotros no nos gusta negativo tantos comentarios que incluso le hemos cambiado el nombre, no es negativo, es constructivo.
Aun asÃ, es un regalo de un valor irreemplazable.
Tenemos que saber cuándo hacemos cosas que no salen como habÃamos planeado. Cuando nuestro impacto se desvÃa de nuestra intención. Y la mejor —muchas veces la única— manera de descubrir esa brecha es a través de los comentarios.
Dicho esto, lo más probable es que luche contra ello.
No lo hace sentir que bueno que le digan que no dio en el blanco. Y dado que los comentarios suelen revelar nuestros puntos ciegos, es especialmente discordante porque, en muchos casos, pensamos que lo hacÃamos bien. Asà que no estamos de acuerdo inmediata o intuitivamente con su validez (tendemos a no creer cosas que no podemos ver por nosotros mismos).
Esto es especialmente cierto para los lÃderes que, por su rango y poder, no le dicen a menudo toda la verdad.
Por lo tanto, no es raro que los lÃderes se pongan a la defensiva cuando escuchamos crÃticas sobre nuestro liderazgo. No encaja con la historia que nos contamos.
Para entender este tema con más profundidad, pedà a la persona con la que trabajo más de cerca que me diera comentarios negativos para exponer uno de mis puntos ciegos.
Tomé un respiro y me preparé. QuerÃa ir despacio y darme cuenta de todo lo que pasaba en mi mente y en mi cuerpo.
«Trabaja demasiado», dijo. Según las crÃticas, esto era un sóftbol.
Aun asÃ, esto es lo que pasó:
Eso es es un halago, Pensé que no era una crÃtica. Estaba intentando decirme que actúo de maneras que son insostenibles para mà y para la organización, pero mi respuesta protectora fue el orgullo.
A esa idea le siguió rápidamente otra:¡No se esfuerza lo suficiente! Desvalidé sus comentarios desvalidándola. No es que sea perspicaz, mi ego decidió, es que su barra no está lo suficientemente alta.
Y luego otra idea: Tengo que esforzarme mucho porque el negocio depende de mÃ. He puesto excusas para justificar por qué actúo de la manera en que lo hago. En otras palabras, claro que me esfuerzo demasiado, pero no es mi culpa.
Mientras tanto, sentÃa una sensación de ardilla en el abdomen y podÃa sentir la vulnerabilidad de no ser perfecta. Era sutil, pero definitivamente un sintió experiencia. Una reacción fÃsica, la sensación de que algo no estaba bien.
Como entrenador ejecutivo que ayuda a las personas exitosas a convertirse en grandes lÃderes y a crear equipos más eficaces, a menudo estoy en condiciones de dar a la gente comentarios que son difÃciles de escuchar.
Al pensar en mi propia reacción, asà como en las reacciones que escucho a menudo de los clientes, empecé a enumerar las cosas más comunes que decimos (o pensamos) cuando escuchamos comentarios negativos para defendernos de la nueva información que amenaza la forma en que nos vemos a nosotros mismos:
- Haga de vÃctima: «SÃ, es cierto, pero no es mi culpa».
- Take Pride: «SÃ, es cierto, pero es algo bueno».
- Minimizar: «La verdad es que no es para tanto».
- Negar: «¡Yo no hago eso!»
- Evite: «¡No necesito este trabajo!»
- Culpa: «El problema son las personas que me rodean. Contrato mal».
- Contra: «Hay muchos ejemplos en los que actúo de manera diferente».
- Ataque: «Puede que haya hecho esto (algo horrible), pero usted hizo esto (otra cosa horrible)».
- Negar: «La verdad es que no sabe nada de X.»
- Desviar: «Ese no es el verdadero problema».
- Invalidar: «He preguntado a otras personas y nadie está de acuerdo con los comentarios».
- Broma: «No sabÃa que era tan imbécil».
- Exagerar: «Esto es terrible, soy muy mala».
Si alguna vez se da cuenta de que dice o piensa algo de lo anterior, es una señal clara de que su ego se interpone en un aprendizaje importante.
Se ha escrito mucho sobre cómo recibir bien los comentarios, algunas con bastante matices. Pero una vez que nuestro ego se ve envuelto y sentimos la carga emocional, es difÃcil acceder a los matices. Lo que necesitamos es una respuesta sencilla, fiable y por defecto:
«Agradezco mucho que se haya tomado el tiempo y el esfuerzo de decÃrmelo. Gracias».
¿No es asà como querrÃa que respondiera alguien después de hacerle un regalo? Aceptar el regalo (en este caso, eso significa escuchar) y luego decir «gracias». Eso es todo.
Esta respuesta comunica a la gente que es seguro ofrecerle comentarios y que es mucho más probable que hablen directamente con usted, en lugar de a sus espaldas.
También hay una ventaja añadida casi mágica en esta respuesta sencilla e indefensa: aumenta drásticamente su capacidad de asimilar los comentarios. Cuando deje de defenderse de ello externamente, realmente deje de defenderse de ello internamente también.
Después de que mi colega me dijera: «Se esfuerza demasiado» y observé en voz baja todas mis reacciones defensivas, seguà mi propio consejo. «Agradezco mucho que se haya tomado el tiempo y el esfuerzo de decÃrmelo», le dije. «Gracias».
¿El resultado? Me dio las gracias por recibirlo tan bien y De hecho, he empezado a presionarme menos a mà y a los demás.
Tal vez por eso lo llaman constructivo comentarios al fin y al cabo.